INGLATERRA Y EL CARACTER SEMICOLONIAL DE LA SOCIEDAD PERUANA 1840-1895
Lic. Carlos Villanueva B.
UNMSM
Al estudiar el periodo republicano más de un autor ha
expresado criterios de hondo pesimismo y hasta incomprensión del proceso
seguido por nuestras nación, la frustración de lo que Carlos Contreras llama la
“promesa” incumplida parece ser la tónica que se deriva de los estudios sobre
la vida republicana, pero de ¿dónde viene eso que le llaman la “promesa”
incumplida o el “aprendizaje del capitalismo” que aún no se aprende?
Considero que un factor
fundamental para entender nuestro proceso y a partir de allí comprender porque
existe este camino “tan escarpado” hacia el “desarrollo capitalista”, es que
debemos explorar la formación del camino seguido, si bien es 1821 la fundación
de la república como evento formal de la declaración de independencia, el proceso
histórico es más complejo y recorre diversas aristas económicas, sociales e
ideológicas, además del contexto internacional que tiene influencia decisiva en
la formación económica y principalmente espiritual de la nación.
De esta forma buscaremos
analizar cuáles son las bases materiales y los procesos de autoconciencia y
autocomprensión que pondrán los cimientos para la historia contemporánea.
Analizare el periodo de 1840 a 1895 año en que comenzaría la república
contemporánea; estos 55 años son importantes pues las bases económicas, la
relación con el Capital extranjero y la carencia de una evaluación en el plano
de las ideas de balance y ruptura con las consideraciones coloniales se dejaran
sentir en los años futuros.
El siglo XIX expresa una intensa
pugna entre Inglaterra y Francia por denominarnos; a mediados de esa centuria
se dan brotes de capitalismo desenvolviéndose sobre la base feudal existente,
este proceso va a significar un cambio, pues se va a pasar de una sociedad
feudal a una semifeudal y de una sociedad colonial a una semicolonial.
Parto por considerar que el
capitalismo formado por las naciones oprimidas y por supuesto que el de nuestro
país, que nace subyugada al capital monopolistas que si bien consciente nuestra
independencia política, según sirva a sus intereses, controla todo el proceso
económico peruano: nuestra riquezas naturales, productos de exportación, banca
y finanzas. Así este capitalismo está atado a la feudalidad y sometido a los
intereses monopólicos ingleses y franceses, de esta manera, el capitalismo que
se desarrolla es un proceso tardío respecto al desarrollo capitalista mundial y
esta será la razón del por qué el Perú tendrá un desarrollo económico subyugado
a los intereses extranjeros.
Aspectos Teóricos Metodológicos
Al empezar a
abordar un trabajo de investigación es importante plantearse un marco
teórico-metodológico que permita realizar la investigación sobre presupuestos
teóricos claros para llegar a conclusiones que nos lleven al conocimiento de la
verdad histórica. Según los filósofos J. Obando y L. Solís, la actitud frente
al conocimiento científico es selectiva, es decir “selecciona cuidadosamente un
determinado tipo de información relacionado con cualquier disciplina natural,
social, formal o técnica...” (Obando y
Solís. 2004: 28).
De esta forma para que un
conocimiento sea admitido como verdad exige cierto procedimiento explicativo,
en los que la selectividad, objetividad, método y la predictivilidad serían
partes del proceso del conocimiento científico.
Pero esta forma de enfocar el
trabajo científico es cuestionada fuertemente en el campo de las ciencias
sociales. Pues junto al proceso de Globalización y neoliberalismo que vivimos
en forma más clara a partir de la década de los noventa; esta trae como fundamento
filosófico respecto al ser, el modelo logocentrico que reduce el ser al
lenguaje afirmando que el problema del ser es pura y negativamente metafísico,
negando la posibilidad de conocer la verdad científica, para Paúl Veyne la
historia no es más que un relato de acontecimientos “… Dado que no es más que
un relato no nos hace revivir nada, como tampoco lo hace la novela. El relato
que surge de la pluma del historiador no es lo que vieron sus protagonistas; es
sólo una narración, lo cual permite ya eliminar algunos falsos problemas…” (Veyne. 1984:29) se refiere a los
problemas de alcanzar la objetividad científica, y verdad histórica entre
otros. Entonces cuál es el interés que le mueve al historiador para hacer
historia? se cuestiona Veyne y responde: “el interés del historiador dependerá
del estado de la documentación, de sus gustos personales, de la idea que le
haya pasado por la cabeza, del encargo que le haya hecho un editor…” (Idem. 1984:31) y respecto a las leyes
en la historia este autor lo resolverá de la siguiente manera “Al historiador
no le interesa demasiado saber si la agitación en cuestión va en alguna
dirección, si obedece a alguna ley, si existe una evolución. Por otra parte es
demasiado evidente que la ley no daría la clave de todo. Descubrir que un tren
se dirige hacia Orleáns no resume ni explica todo lo que pueden hacer los
viajeros dentro de los vagones…”(ídem.
1984:30) de esta forma de manera casi soterrada sin llegar a fundamentar el
por qué no existen leyes en la historia, las posiciones postmodernas no abordan el tema pero sin
embargo lo desechan.
Analizar un problema
histórico-social exigirá partir de premisas que expliquen el hecho social no a
partir de la subjetividad del investigador ni de la subjetividad imperante de
la época, sino de criterios objetivos que vean el hecho histórico como objeto
de estudio. De esta forma en el análisis de las bases materiales de la sociedad
encontraremos el criterio científico que eleva a las ciencias sociales al nivel
de ciencia, pues en la producción y reproducción de la vida material los
hombres entran en determinadas relaciones sociales de producción, incluso sin
tener conciencia de ello, por lo que investigar las relaciones económicas de
producción y de ellas las fuerzas productivas se lleva establecer un criterio
científico general de la repetición, Marx expone lo siguiente: “… en la
producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones de
producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre lo que se levanta la
superestructura jurídica y política a la que corresponden determinadas formas
de conciencia social…” (Lenin. 1979:14)
Esta posición teórica ha sido
motejada por sus detractores como economicista, cuestión que a mi modo de ver
no tiene fundamento, pues lo central de ésta, no es el “materialismo económico”
sino en que las Relaciones Sociales se dividen en materiales e ideológicas. Las
últimas no constituyen más que la superestructura de las primeras que se van
formando al margen de la voluntad y de la conciencia del hombre, como
(resultado) forma de las actividades del hombre dirigidas a asegurar su
existencia.(ídem. 1979:14,15,16)
Las leyes en la historia es otro
de los puntos cuestionados, se dice que es imposible que estás existan pues “el
hombre es libre, no se puede sujetar a leyes históricas…” o se demanda a la
historia que demuestre los hechos con exactitud y como no se da igualitito se
dice “no vale”, es “erróneo”. Las leyes en la historia existen, rigen, pero de
un modo más complejo; al analizar la ciencia no hay leyes pre-establecidas. En
la física cuántica por Ej. se guían por la probabilística, sus leyes no son
como de la física común, son cálculos por la complejidad de los problemas, pero
hay una pauta que hace prever rumbos, entonces ni la física hay previsibilidad
absoluta ¿por qué se exige en la historia?
En la realidad social los hombres siguen rumbos actúan, crean
relaciones, concretan hechos sociales los cuales van generando un
encadenamiento de hechos históricos y se establecen hitos, las clases fijan
rumbos y en función de ellos se da la lucha entre los que lo siguen y la que se
oponen y como producto de esa lucha se producen saltos, avances y retrocesos,
la comprobación de esos rumbos que se da en la práctica de la transformación se
va a guiar por la probabilística.
En la historia si hay leyes que
la rigen, solo que mucho más compleja que en la naturaleza, porque son los
hombres quienes lo vamos haciendo al calor de nuestro propio desarrollo. De
esta forma en las sucesos sociales hay un rumbo, tiene una causa y un efecto,
antecedente y consecuente y la ley se cumple probabilísticamente.
El Ser de la historia es el
estudio de las relaciones sociales acaecidas en un determinado momento
histórico y que de ellas estudiar las relaciones sociales de explotación es un
factor fundamental que el historiador no debe soslayar; entendido de esta forma
el Ser de la historia, este existe independientemente de mi voluntad, el hecho
histórico, suceso acaecido o proceso histórico ocurrió en la historia al margen
de mi voluntad y al margen de la forma o manera que lo exprese.
Esto es importante señalarlo,
puesto que la influencia de las posiciones postmodernas en la historia y en las
Ciencias Sociales en general, llevan a que se realicen estudios sobre las
formas, modos y expresiones con lo cual se expresa el ser, así dicen “No hay
vida social sin lenguaje… para las Ciencias Sociales es fundamental entender
las Relaciones Sociales y estos actos son hechos por la lengua…” (Germaná. Curso Introducción al Estudio de
la Intersubjetividad)
El estudio de la lengua es
importante y parte integrante de una realidad histórica pero ¿podemos reducir
el ser histórico a las formas de expresión del Ser?, si así lo hiciéramos ¿estaríamos haciendo historia?
considero que no, pues no estaríamos investigando, analizando el ser histórico
sino las formas con que expresamos aquel, este problema ontológico el filosofo
Obando lo resume de la siguiente manera: “No es cierto tampoco la reducción del
ser a que este exista en tanto mediado por el lenguaje, puede haber sin
necesidad del lenguaje y además puede ser independiente a nuestra existencia
como conciencia (no hay que confundir lo real con la realidad)… Los analíticos,
hermeneutas y post-modernos lo que quieren es basarse en la sobre valoración
del ser para sí, del ser que existe únicamente mediado por el lenguaje,
desprendido de toda condición real para dejarlo reducido al horizonte de la
realidad, esto es de la interpretación, el discurso, el lenguaje…” (Obando. 2003:187-188).
“No hay vida social sin
lenguaje” repiten los post-modernos, pero esta afirmación había que ampliarla
verla más en conjunto para entenderlo su real dimensión. Stalin en su texto “El
marxismo y los problemas de la lingüística” señala: “la lengua es uno de los
fenómenos sociales que actúan mientras existe la sociedad … No hay lengua fuera
de la sociedad” “Por eso, la lengua y las leyes de su desarrollo solamente pueden
ser comprendidas si se estudian en ligazón inseparable con la historia de la
sociedad, con la historia del pueblo al que pertenece la lengua estudiado y que
es su creador y portador”, “la lengua es el medio, el instrumento con
el que los hombres se relacionan, intercambian ideas y logran entenderse unos a
otros… En este sentido, la lengua, siendo medio de relación, es, al mismo
tiempo, un instrumento de lucha y de desarrollo de la sociedad…” (Stalin. 1976:19-20), bien, ahora
podemos entender mejor la frase “no hay vida social sin lenguaje”, pues aquí se
ha trastocado el orden de la materia y el espíritu, diría mejor no hay lenguaje
sin sociedad, pues este es la primera, sería el ser objeto de estudio, lo que
no quiere decir tampoco que la lengua se halle en el campo de la
superestructura para el marxismo. La segunda parte de la afirmación dice: “para
las Ciencias Sociales es fundamental entender las relaciones sociales y estos
actos son hechos por la lengua…” aquí reitera la idea anterior de reducir el
ser a la expresión de aquel, lo que constituye una falsedad pues este enunciado
entra en contradicción con lo real desde la posición materialista de la
historia. De esta manera el ser histórico estaría dado por las relaciones
sociales sean estas materiales o ideológicas, pues el hombre es un ser social
pensante y actuante vive y se desarrolla en medio de relaciones sociales sean
estas profesionales, manuales, intelectuales, técnicas, de clase, de grupo, de
gremio, región, nación o mundiales, todo este conjunto sería el ser de la
historia.
Autores como
Niklas Luhmann y Raffacle de Georgi señalan: “Después de los descubrimientos de
la escritura ya no se puede partir del hecho de que la estructura de la sociedad
se encuentran siempre en una sintonía continuamente sincronizada… las
semánticas pueden transformarse más rápidamente y eventualmente pueden
anticipar o activar posibilidades de desarrollo de la sociedad…”, o sea que la
sociedad marcha en función a cómo ésta entienda el significado de la expresión
que le damos al ser. Visto de otra manera sencilla pero burda con es ella, el
desarrollo de la humanidad marchará o se retrasará según cómo nos entendamos,
pero este razonamiento sigue siendo filosóficamente el mismo reducir el ser
como mundo objetivo al lenguaje, de esto se desprende que aquellas
investigaciones en las Ciencias Sociales y en la historia cuyo centro este en
función de reconstruir la historia a partir del estudio de la significación de
las palabras deben realizarse delimitando cuidadosamente el campo y objeto de
investigación, así como el método a utilizar para ello, lo que no niega la
posibilidad de utilizar las herramientas que podamos tomar de la lingüística.
Como queda claro, ahora en el
fondo lo que está en debate es el problema filosófico acerca de la existencia
del ser como dado primero objetivamente sin necesidad de conciencia o aquel que
reduce el ser al lenguaje, sea cual fuese la opción del investigador, este debe
actuar con honestidad intelectual y decir claramente sobre que bases va a
construir su investigación, de no hacerlo el riesgo es realizar una mezcolanza
teórica y metodológica que no refleje con un grado de veracidad la historia,
cuestión que descalificaría la investigación.
Fontana al analizar el “giro
cultural” termina diciendo, “es que se trata de un simple episodio de un
fenómeno de alcance mundial, que conviene reducir a sus justas proporciones” (Fontana. S/F:298) precisamente porque
es un fenómeno de alcance mundial es necesario dedicarle aunque sea una breves
líneas que delimiten nuestro trabajo con el de la moda…
Es común
encontrar en la historiografía nacional que se ocupa del s. XIX y XX la
preocupación por hallar o intentar formular una respuesta acerca del desarrollo
capitalista en nuestro país, este es un ejercicio del todo válido y muestra un
intento de conceptuar a través de una categoría histórica-económica una
totalidad histórica. Pero a mi modo de ver, el hecho de caracterizar una
formación económica-social no reside en ponerle una etiqueta o un nombre para
darle cierta muestra de rigor científico sino que lleva consigo dos cuestiones
importantes a tener en cuenta, por un lado el cómo comprendemos el desarrollo
unilineal de la historia y la aplicación del método marxista en la historia.
Para Carlos Contreras en “El
aprendizaje del Capitalismo”, señala que el objetivo de su estudio será
examinar la “adaptación del Perú al modelo económico y político adoptado por la
independencia; es decir al capitalismo republicano… es decir en la adaptación o
aprendizaje del Capitalismo”, (Contreras.2004:Introducción)
para este autor el capitalismo sería un modelo ya sea en su variante
republicano, federal o cualquier otro, por lo que surge la pregunta el
capitalismo es un modelo?, que entienden los seguidores de institucionalismo
por modelo? Para los adherentes de la escuela neo-clásica, el análisis
económico será entendido a partir de la conceptualización teórica abstractas
que le llevarán a formular diversos modelos económicos que se desarrollan en
condiciones ideales y a partir de allí buscan que la realidad económica-social
se adapte al modelo propuesto. Por lo tanto entender al capitalismo como un
“modelo” sería reducir el que hacer historiográfico a los aspectos más formales
y superficiales de la investigación y este carecería de un verdadero espíritu
científico, pues, desde ya estaría en función de preservar los intereses que
tenga el grupo social autor de ese modelo teórico abstracto.
Por otro lado Heraclio Bonilla
al analizar el periodo de exportación del guano señala: “incluso en su
situación de socios menores, el acceso a la consignación del guano a la Gran
Bretaña les permitió la acumulación de una colosal fortuna. Aquí existió pues
la posibilidad histórica de financiar el desarrollo económico del Perú” (Bonilla.1980:50) refiriéndose a que se
“perdió” la posibilidad que se genere un desarrollo capitalista a partir de la
fortuna acumulado por un sector de la burguesía peruana.
Pero en ambos autores, ya sea a
partir del análisis de un “modelo” económico o desde el punto de vista
economicista de Bonilla, ambos coinciden en su preocupación por el desarrollo
capitalista. Esta etapa histórica por la que transita la humanidad es
reconocida por la evidencia y peso de los hechos, pero en ambos casos a los
autores mencionados les podríamos preguntar por qué luego de la independencia
el Perú optó por el modelo capitalista? ¿Pudo optar por algún otro modelo?,
esto en el razonamiento de Contreras; mientras que en el de Bonilla cabría la
pregunta ¿por qué la burguesía consignataria del Guano tendría que haber
financiado un proceso de industrialización capitalista? Parecen hasta ilógicas
estas pregunta, pues se da por sentado que sea cualquiera la manera como se
quiera mostrar el devenir histórico del s. XIX y XX el proceso capitalista
ocurrió en nuestro país con sus propias particularidades, retrasos y de acuerdo
al conjunto del desarrollo la historia universal.
Bien, esto que damos por
aceptado, el análisis del capitalismo en nuestro país acabado el proceso de
colonia española, es expuesto teóricamente en el desarrollo unilineal de la
historia, la cual señala que la historia de la humanidad en su conjunto a
seguido un proceso de desarrollo desde la comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo,
capitalismo y proseguirá hacia el comunismo pasando por una etapa intermedia
llamada socialismo; pero esta teoría no es aceptada por ninguno de los autores
señalados líneas arriba, pero sin embargo el peso de los hechos hacen que se
reconozcan sus categorías.
Aníbal Quijano al respecto dice
lo siguiente: “una idea del cambio histórico como un proceso o un momento en el
cual una entidad o unidad se transforma de manera continua, homogénea y
completa en otra cosa y abandona de manera absoluta la escena histórica. Esto
le permite a otra unidad equivalente ocupar el lugar, y todo esto continua en
una cadena secuencial. De otro modo no tendría lugar, y todo esto continua en
una cadena secuencial. De otro modo no tendría sentido, ni lugar, la idea de la
historia como una evolución unidireccional y unilineal…” (Quijano.2000: 208) pero cuándo los clásicos del marxismos han
expuesto de esa forma el desarrollo unilineal de la historia?, cuándo y en
dónde está eso de que una “unidad se transforma de manera continua, homogénea y
completa a otra cosa…”? esto solo tendrá respuesta si entendemos estas palabras
como la forma de comprender el desarrollo unilineal de la historia desde
posiciones no marxistas, que toman categorías, y formas del materialismo
histórico pero despojadas del contenido científico de ésta, las confusiones
expuestas por Quijano llevarán a posiciones de escepticismo respecto a la
posibilidad de conocer el ser social, así concluirá este reconocido sociólogo:
“De esta manera seguirá siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos
nunca identificar nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no
ser de una manera parcial y distorsionada” (ídem. pp. 226); este mismo
sentimiento de no saber en dónde estamos ni adónde vamos no es exclusivo de
Quijano; Heraclio Bonilla al hacer su crítica a la historia tradicional señala:
“Los cambios que desde la década de los 50 vienen afectando a la sociedad
peruana han producido una fisura en la estructura de poder tradicional, al
mismo tiempo que han provocado el surgimiento en el plano de la Historia de
grupos medios hasta hoy desplazados. El sentido incierto de estos cambios, la
urgente búsqueda de una nueva identidad y legitimidad histórica… conducen a un
replanteamiento general de la historia”. (Bonilla
y otros.1972:76)
Estos autores caen
irremediablemente en las posiciones pesimistas y escépticas respecto a la
posibilidad del conocer el ser histórico pues para Quijano no se podrá
reconocer ni nuestros problemas y en Bonilla los cambios tienen sentido
incierto.
Pero la historia nos muestra que
se
expresaron diversos grados de desarrollo social, hay pueblos más avanzados que
otros, y los atrasados cogen los puntos más desarrollados sin tener que pasar
por el periodo que les faltó, así por ejemplo una comunidad primitiva al
relacionarse con una sociedad ya feudal en un segundo momento de feudalidad no
va a esperar descomponerse, pasar al esclavismo para después ingresar a la
feudalidad. Esa propia vinculación le ayudará a dar el salto social, pero allí
lo importante es ver que la humanidad con su conjunto ya ha ingresado a la
feudalidad en su segundo momento incluso y este es el sentido general
del desarrollo unilineal de la historia, por lo que su aplicación consiste en
el análisis concreto de la situación concreta, el materialismo histórico no es
una regla para subrayar sino que requiere aplicarlo viendo cada caso y se debe
tener la mente abierta para ver como se ha expresado la ley según las
particularidades acaecidas en cada sociedad estudiada.
Finalmente hablare en forma
breve del método que utilizaré en la investigación a realizar.
En diversas ocasiones en el estudio
de la historia nos preguntamos por qué existen sobre un mismo hecho histórico
diversas visiones o interpretaciones; así por ejemplo Gustavo Montoya en la
“Independencia del Perú o el fantasma de la revolución” señala: “si bien es
cierto que cada época elabora imágenes distintas sobre un mismo acontecimiento,
no es menos cierto también que el interior de un mismo tiempo histórico
conviven narrativas muchas veces totalmente contradictorias” (Montoya.2002:25); pero por qué existen
las “narrativas … totalmente contradictorias”? esto no lo esclarece el autor.
Por otro lado en la actualidad
se da bajo el amparo de la post-modernidad una corriente de investigación
histórica que privilegia por sobretodo y por encima de todo el análisis de la
política entendida ésta como un nivel independiente de la realidad social,
concibiendo la política como un proceso cultural simbólico. Esta llamada “Nueva
Historia Política” toma principalmente como fuentes para su interpretación
histórica las cartas o memorias de los “grandes personajes”, además de las
normas legales existentes en el momento histórico estudiado, pero, acaso ¿estos
son los hechos acaecidos materia ineludible en el quehacer historiográfico?
Entonces existen dos niveles en
los que el historiador debe trabajar y manejar, el primero será remitirse a los
hechos, lo que ocurrió en la historia; indudablemente las cartas; memorias y el
orden legal establecido por un estado serán elementos a tener en cuenta, pero
no quiere decir que sean ellos todo lo que debamos anunciar como realidad
acaecido, pues las cartas, memorias, el orden legal etc., llevará consigo una
fuerte carga de parcialidad pues reflejarán necesariamente los intereses que
dichos personajes, grupos sociales o clases sociales tienen; entonces entendiendo
de esta forma la búsqueda de lo histórico, está deberá comprender un
seguimiento minucioso de los hechos ocurridos, a fin de hacer una
reconstrucción histórica en su totalidad y prevenirnos de la unilateralidad.
Un segundo nivel es el lógico,
que estaría dado por la conceptualización de lo histórico, o sea vendría a ser
la comprensión de esos fenómenos o hechos fácticos que el investigador recoge,
de los cuales extrae sus aspectos esenciales llegando a la generalización de la
ley.
Engels dice lo siguiente sobre
el método realizado por Marx al analizar la Economía Política: “Esta forma
presenta, aparentemente, -se refiere a lo histórico- la ventaja de una mayor
claridad, puesto que en ella se sigue el desarrollo real de las cosas… La
historia se desarrolla con frecuencia a saltos y en zig zags, y habría que
seguirla así en toda su trayectoria, con lo cual no solo se recogerían muchos
materiales de escasa importancia sino que habría que romper la ilación lógica…
Por tanto el único método indicado era el lógico. Pero este no es en realidad,
más que el método histórico, despojado únicamente de su forma histórica y de
las contingencias perturbadoras… Vemos, pues, cómo con este método el
desenvolvimiento lógico no se ve obligado, ni mucho menos, a moverse en el
reino de lo puramente abstracto. Por el contrario necesita ilustrarse con
ejemplos históricos, mantenerse en constante contacto con la realidad” (Marx y Engels. 1973:526, 527, 528).
Lo histórico es lo real
acontecido en todos sus detalles y con su cronología. Lo lógico toma elementos
de lo histórico pero apunta a la esencia. Mauricio Lebedinsky en su libro Notas
sobre la Metodología y la Investigación al respecto dice: “Reproducir un objeto
en el pensamiento, en toda su objetividad y concreción, significa comprenderlo
en su desarrollo, en su historia. Para ello existen, en sumas, dos métodos: el
histórico y el lógico. En lo histórico hay que ver la sucesión cronológica y el
desenvolvimiento de toda su riqueza concreta. El método lógico reproduce, en
forma teórica abstracta, el contenido principal del movimiento del objeto; es
decir, refleja el objeto en sus conexiones más esenciales y permite comprender
la historia… El estudio de la historia en toda su complejidad, con sus vaivenes
y causalidades, debe conducir a la comprensión de su lógica, de sus leyes, de
los jalones fundamentales que signan su desarrollo”. (Lebedinky. 1984:118-119)
Una vez expuesto en forma breve
lo histórico y lo lógico como método para nuestra investigación, podemos
comprender de donde proceden esas “narrativas contradictorias” que sobre un
mismo hecho o proceso histórico existen, como señala Gustavo Montoya; pues a
eso que hoy le llaman “narrativa” o “discurso” no será sino el proceso lógico
que el investigador ha realizado, pues el conocimiento de hombre depende
principalmente de su actividad en la producción material; sobre este proceso
Mao Tse Tung señala lo siguiente: “La Práctica social del hombre no se reduce a
su actividad en la producción; sino que tiene muchos otras formas: la lucha de
clases, la vida política, las actividades científicas y artísticas; en resumen
el hombre como ser social, participa en todos los dominios de la vida práctica
de la sociedad. Por lo tanto, va conociendo en diverso grado las diferentes
relaciones entre los hombres no solo a través de la vida material sino también
a través de la vida política y la vida cultural… En la sociedad de clases, cada
persona existe como miembro de una determinada clase, y todas las ideas sin
excepción, llevan su sello de clase.”(Mao
Tse Tung. 1968:318) De esta manera esas “narrativas contradictorias” no
serán sino expresión de ese conjunto de fenómenos que la práctica social ha
impreso en cada investigador.
Por ello es que existen sobre un
mismo hecho histórico diferentes y hasta contradictorias “narrativas” como dice
Montoya.
Para concluir podemos decir que
tomar teorías, principios o definiciones como punto de partida para una
investigación histórica que pretenda ser científica, no es correcta, pues, no
estaríamos usando un método de análisis válido. En sus escritos
Filosóficos-Económicos Mao Tse Tung señala este problema: “No se obtienen
teorías y principios sino luego de análisis y estudios. Indudablemente, el
hombre adquiere al comienzo conocimiento por el contacto con los fenómenos,
luego a partir de ellos descubre teorías y principios”(Mao. 1976:107-108). Entonces partir de definiciones en la
investigación histórica lleva a usar un método no de análisis sino de
deducción; y esto es aplicar la lógica formal o aristotélica ya superada por la
lógica dialéctica.
RESEÑA
LA ECONOMÍA PERUANA EN SU PRIMERA CENTURIA:
TRES FASES EN EL DESARROLLO DEL MERCADO INTERNO
En este
artículo el autor analiza el problema del mercado interno en el Perú de 1830
hasta los inicios del siglo XX a partir de la interrelación de cuatro factores
como son: el territorio, la población, el acondicionamiento normativo y el
acondicionamiento económico.
A través del análisis de estos
cuatro factores y el derrotero seguido por cada uno, buscará o creerá encontrar
que los cambios producidos en ellos estará en función del desarrollo del
mercado interno en el país.
Sobre el territorio. Describe la
geografía de la Costa y Sierra, señalando la existencia de una comunicación
tortuosa y lenta, por lo que el comercio desde la costa a la Sierra estaría
determinado por la dificultad de llevar mercaderías de mucho peso hacia los
andes, siendo las telas, ropas, muebles, artículos de ferretería y licores los productos que preferentemente se
negociaban con la Sierra.
En cuanto a la población, Carlos
Contreras indica que para un mercado interno se requiere de número elevado de
habitantes y que a su vez posean ingresos altos. Indica que hacia 1830 la
población peruana era de un millón y medio de habitantes de los cuales las ¾
partes vivían en el campo dedicados a la agricultura, ganadería y en las minas,
mientras que solo un cuarto de la población vivían en ciudades. De estos datos
el autor resalta que es la población de raza blanca la más acostumbrada al
consumo y si a esto sumamos que en el proceso de independencia se produjo la
salida del país de empresarios de minas, hacendados y comerciantes españoles y
extranjeros, todo este generaría, para Contreras, el debilitamiento del aparato
productivo del país. Claro que estas afirmaciones del autor son bastantes
polémicas puesto que maneja dos ideas de fondo, la primera relacionada a
fundamentos culturalistas de identificar a los indígenas o mestizos como
sectores sociales que tienen determinados hábitos de consumo explicables a
partir de sí mismo o por razones tradicionales y luego es expresar una visión
empresarial de la historia, al considerar a los empresarios como el motor
fundamental de la economía.
Al analizar el acondicionamiento
normativo, el autor señala que este se constituye como necesario para el
desarrollo del mercado interno, y estará dividido en:
-
Sistema monetario, en donde la moneda de
plata era la de más alta denominación, un peso equivalía a un real que era un
octavo de peso, y un cuartillo equivalía a un cuarto de real; por lo que la
escasez de moneda “chica” o lo que hoy llamamos “sencillo”, se constituyó en un
obstáculo para el mercado interno, este problema abrió paso a la introducción
de monedas extranjeras como el feble boliviano, el real brasileño, la libra
esterlina y el dólar como monedas aceptadas como circulante dentro de la
economía peruana.
-
Sistema Tributario Fiscal: a través de este
sistema el estado podía crear estímulos o barreras para diversas actividades
productivas. El estado se nutria de 2 impuestos, la contribución de indígenas y
castas; llamado también “personal” y el de derechos de aduanas. Cada una rendía
entre uno y un y medio millón de pesos al estado, lo que sumaban las 2/3 partes
del ingreso total, mientras que un tercio provenía de impuestos a la producción
(diezmos minero, diesmo agrario)
Contreras señala que la gran
novedad respecto a la colonia fue la eliminación de la alcabalas o impuestos al
comercio interno, lo que debió redundar en un aumento de la producción y
consumo locales, pero la existencia de los impuestos a la producción hace que
esto desanime a los empresarios o sea “desalentaba sus esfuerzos”. Y aquí
reiterará esta visión empresarial de la historia.
Finalmente, analizará el
sistema judicial, que lo catalogara como el más inadecuado para la expansión
del mercado, puesto que luego de la independencia la mayoría de los
funcionarios se regresó a España, por lo que la reconstrucción de una red de
administración de justicia para castigar los incumplimientos de contratos fue
lenta.
Y aquí se
redondea esta visión empresarial de la historia, puesto que recoge ideas que
difunden las posiciones neoliberales respecto a la economía y la inversión
extranjera y las traspasa al siglo XIX; así tenemos “no a la emisión de monedas
sin respaldo” y analiza el sistema monetario; “rechazo a los impuestos
antitécnicos” y concluye que sobre el sistema tributario del siglo XIX no
alienta a los empresario y finalmente hoy piden “estabilidad en las reglas de
juego” y Contreras responde que el sistema judicial no pudo sancionar a los que
incumplían los contratos- ¿Acaso podemos analizar el siglo XIX con las
necesidades de las clases dominantes del siglo XIX?
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