lunes, 23 de abril de 2012


¡NO AL COLEGIO DE HISTORIADORES, REGRESEMOS A LA FACULTAD DE HUMANIDADES!!
Mag. Carlos Villanueva B.
UNMSM
Desde hace varias semanas atrás han circulado diversas opiniones acerca de lo desafortunado que sería que el Congreso de la República promulgue la ley que cree el Colegio de Historiadores, pero ¿para qué sirve un  colegio profesional? ¿Qué funciones cumple? Por lo que entiendo, estas instituciones se forman con la finalidad de preservar o reservar el ejercicio profesional de alguna disciplina para que ésta sea ejercida por sus profesionales, desde este punto de vista vela porque la oferta de trabajo pueda ser cubierta por aquellos que obtuvieron la licencia para ejercerla, más aún, si se  y trata de una profesión que demandó 5 o más años de estudio en una universidad.
Hace algunos años, el hoy director de la Escuela de Historia de UNMSM Dr. Francisco Quiroz, nos comentaba que cualquier persona se arrogaba el derecho a llamarse “historiador”, pero por el contrario no cualquiera podría ser llamado odontólogo o dentista, y tenía mucha razón, puesto que este gremio no permite que se ejerza este oficio sin los requisitos mínimos que estable la ley, por más que haya cursado o terminado los estudios universitarios.
Por otro lado, la ley otorga a los colegios profesionales una función ética, en tanto que estos velan porque el ejercicio profesional se desarrolle dentro de ciertos límites de la ética y la moral. Es así que la función del Colegio va unida a un cierto criterio de “vigilancia ética”. Esto, ¿podría ser tomado como un riesgo para el ejercicio del libre pensamiento del historiador?, difícilmente, puesto que lo moral y ético deberá restringirse a los valores que todo trabajo intelectual está obligado a cumplir, como son: la correcta utilización de fuentes y la honestidad intelectual (no permitir el plagio). Desde mi punto de vista, el mayor peligro que pende sobre la producción intelectual no está referida a la posible existencia de un organismo de control externo que nos limite lo que se puede investigar o publicar, sino el seguir la comparsa del llamado “Pensamiento Único”, fenómeno ideológico-político que lleva a rechazar la diversidad de ideas y opiniones políticas o de otra índole, contrarias a lo que llaman lo “políticamente correcto”, estigmatizándolas a tal punto de crear un mundo aparte, invicibilizando al otro.
Por otro lado, se divulga el falso supuesto que el trabajo de un Historiador es diferente a otros existentes en nuestra sociedad, por considerarlo “liberal y humanista”, otros especulan con distinciones entre aquellos que se dedican a la investigación (llamándose historiadores) y los que no lo hacen; y el posible enredo que existiría para que el Colegio pueda hacer esta distinción. Es válida esta reflexión me pregunto, ¿un colegio profesional (cualquiera sea este) puede hacer distinciones entre las diversas actividades o especialidades a las que se dedican aquellos que obtuvieron la licenciatura?, tal vez nos ayude ver el caso de los licenciados en Derecho, aquellos que forman parte del aparato de justicia en su condición de jueces, fiscales, abogados litigantes, ¿son distintos a aquellos que se dedican a la labor de notarios o los que laboran en el ámbito del derecho civil? Pues claro que no, el colegio los reconoce a todos como sus miembros, tampoco existe un ámbito distinto para los licenciados en leyes que se dedican a la docencia universitaria o la producción de doctrinas en su especialidad. Por esta razón es que a un colegio de historiadores pertenecerán todos aquellos que hayan obtenido la licenciatura en Historia.
Tal parece que los promotores de tal idea buscan replicar los argumentos que utilizó Samuel Huntington, que al estudiar la profesión militar en los Estados Unidos,  llegó a la conclusión que esta es una carrera distinta al resto de las demás  profesiones, por lo que lo denominó como un “sacerdocio”, para finalmente justificar el espíritu corporativo que lo caracteriza y por ende lo aísla de la sociedad; esta idea fue replicada por los militares peruanos con una frase utilizada ampliamente para justificar los golpes de Estado, refiriéndose asimismo como las  “instituciones tutelares del Estado”, o sea las FFAA como distintas y superiores a todas las otras profesiones e instituciones del sistema político.
Si bien la historia posee un carácter abierto en el sentido que recibe los aportes que pueden hacerse desde muy distintas profesiones u oficios, porque al fin y al cabo “todo es historia” (como es el título de una revista en Argentina) ¿eso quiere decir que todos son historiadores? en cierto sentido se podría interpretar que sí. Ahora si aceptamos esta afirmación como correcta, entonces nos podemos preguntar ¿para qué estudiamos una carrera de historia?, ¿qué sentido tiene la existencia de una Escuela Académica Profesional que forme historiadores? si en la práctica resulta  inútil su profesionalización. Resultaría válido por lo tanto, exigir ser formados en la facultad de Letras y Humanidades, estudiar Derecho, Literatura y Filosofía como lo hicieron Raúl Porras, Luis Alberto Sánchez y otras destacadas personalidades, pues a partir de allí, cada uno estaría en condiciones de escoger que oficio ejercer…pero resulta que ese camino ya lo recorrimos, y desde la segunda mitad de ese siglo XX se produjo la “independización” de las Ciencias Sociales del ámbito de las Humanidades. La exigencia profesional, el propio desarrollo de cada una de estas disciplinas (objeto de estudio y teorización) llevó a una particularización en su estudio y por tanto en su ejercicio profesional. Ahora esto niega la “condición abierta de la historia”, claro que no, lo único que podría exigir un colegio profesional es que en el ejercicio de esta materia sea reservada para aquellos que obtuvieron la licencia para ejercerla.
Finalmente si soñamos despiertos por unos pocos minutos y el tan mentado Colegio de Historiadores lograse reservar el ejercicio profesional para aquellos lo que han obtenido la licencia profesional, ¿esto no repercutiría positivamente en el desarrollo de la investigación histórica de nuestro país? (ya sea como investigador o como docente) la verdad creo que sí, pues se accedería a un sustento  que consienta la dedicación al trabajo científico, pues una de las primeras cosas que se nos dice al concluir la carrera es: “trabaja de cualquier cosa porque de la historia no se puede vivir”, y lamentablemente esto es muy cierto, pues es prácticamente inexistente un anuncio en el cual se requiera historiadores o licenciados en historia, muchas veces por ignorancia de los demandantes, incluso en el caso de las pocas universidades que lo requieren para sus cursos, piden como perfil profesional: “Licenciados en Educación, Sociología, Antropología, Derecho y otros afines”, es esta una de las razones por las cuales muchos de nuestros compañeros se dedican a otras labores  ya sea como técnicos en computación, choferes, ejercen como profesores en colegios o academias entre muchos etcéteras.
Quiero pensar que la oposición a la creación de este organismo subyace el espíritu anárquico que caracteriza a los intelectuales, negarse a cualquier forma de organicidad aunque eventualmente esta le pueda beneficiar, y no la defensa de intereses personales de algunos que se puedan considerar afectados.




viernes, 6 de abril de 2012

Publicado en Revista INTELIGENCI@


LOS CLASICOS DE LA ESTRATEGIA EN EL DISCURSO SENDERISTA DEL ACUERDO DE PAZ
Carlos Villanueva
UNMSM
Mag. en Defensa Nacional

I.- Objetivo estratégico: la derrota total de sendero Luminoso
En el libro Sin Sendero. Alerta Temprana publicado por el ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional del Perú Vladimiro Montesinos, narra los diálogos que mantuvo con el jefe de la red Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso, estas conversaciones se iniciaron con el objetivo de conseguir la “derrota total de Sendero Luminoso”. Para alcanzar este objetivo estratégico se propuso primero lograr la capitulación del jefe de esta organización Abimael Guzmán, y en segundo término la división de su partido.
Es así que el autor da testimonio de cómo se produjo este acercamiento y posteriores conversaciones no solo con Guzmán (conocido como “Gonzalo”) y Elena Iparraguirre (llamada camarada “Miriam”), sino con todos los demás miembros del Comité Central. Esta es una historia que en realidad no es del toda novedosa, ya otros investigadores, básicamente a nivel periodístico, han hecho referencia a estos acontecimientos, lo que nos llama la atención en este testimonio es la lectura e influencia que los clásicos de la Estrategia ejercieron en el condenado a cadena perpetua Guzmán Reinoso en prisión.
Para poner en contexto este hecho debemos decir que Montesinos para el cumplimiento de los objetivos antes señalados, generó en primer lugar una empatía con estos personajes, a través de diálogos que contemplaban conocer aspectos de su biografía personal, características de su personalidad, grado de solidez intelectual, percepción de la política nacional entre otros tópicos. Montesinos “rompe el hielo” con Guzmán al presentarse y proponerle mantener una conversación a la que denominó “académica”. De esta manera en las diversas reuniones que mantuvieron (iniciadas entre septiembre  y octubre de 1992), trataron diversos temas relacionados a la vida familiar de Guzmán, un dato poco conocido es que en esas conversaciones Abimael mencionó que uno de sus hermanos fue miembro del Ejército de los Estados Unidos y que participó en la guerra de Vietnam.
Montesinos no da crédito a aquellas teorías que asignan el comportamiento político de Guzmán a la existencia de algún tipo de trauma en su infancia “…las especulaciones de los  psiquiatras con relación a su personalidad destructiva como consecuencia de ser hijo ilegítimo, carecen de todo  fundamento, pues, el mismo Guzmán insiste en destacar su gran afecto por la madrastra, y en cambio casi ha olvidado todo lo concerniente a su madre. No hay pues ningún trauma psíquico proveniente de una infancia desdichada detrás de su crueldad; más bien, todo parece señalar que se trata de una actitud racional, fría y consciente…” (Montesinos: 2009.106) Era importante verificar el estado de salud mental de los 2 más importantes jefes del senderismo, puesto que lo que se buscaban era que “…acepten espontánea y voluntariamente la derrota de su organización y la necesidad de dar término a la guerra interna que hacía desde doce años vivía el país mediante la capitulación.” (idem:2009. 88)
Por tanto en función del plan, a Guzmán se le brindó toda la información que requería desde los libros clásicos del marxismo hasta una bibliografía recientemente bajada de la internet “…para analizar la nueva estrategia contrasubversiva del Estado peruano, que para Sendero era un problema de vida o muerte, se ha constatado que consultaba diferentes manuales del Ejército y diversos ensayos sobre la doctrina de los conflictos asimétricos…En cuanto los libros de su preferencia, expresó que le gustan los trabajos de historia y estrategia militares”(idem.108)  
II.- Temas militares
El 25 de noviembre de 1993 se realizó una de las varias reuniones que mantuvieron en la Base Naval del Callao, Abimael Guzmán, la Iparraguirre y los miembros del Comité Central (Osmán Morote, María Pantoja, Martha Huatay entre otros) detenidos en el penal de Yanamayo – Puno, trasladados para esa ocasión a Lima, quienes le informaron acerca del “resultado de sus gestiones en cada penal, señalando con toda claridad que habían logrado alinear a la militancia de las luminosas trincheras de combate con la propuesta de la jefatura…” Se trataba, claro está de la nueva posición que había adoptado Guzmán al solicitar un Acuerdo de Paz al gobierno. Dos días después Montesinos aprovechando que se celebraba el Día de la Infantería del Ejército, visitó a la pareja senderista con la finalidad de hablar sobre temas militares, para sorpresa de Montesinos, Guzmán no solo sabía que era aniversario de la Infantería, sino que hasta recitó el himno de esa arma. Más adelante Montesinos le preguntó acerca de los militares peruanos que han influido en el pensamiento de la Defensa Nacional, haciendo mención Guzmán, en primer lugar al general EP. César Pando Egúzquiza “…un hombre de gran sensibilidad y emoción social, defensor de un activo estratégico como es el petróleo…” para luego hablar del general EP. José del Carmen Marín Arista “…fue otro militar visionario en vuestra colina, autor del llamado Proyecto Nacional, con el cual produjo un cambio en la línea de pensamiento de las Fuerzas Armadas, algo que repercutió en toda América Latina y cuyo prestigio traspasó nuestras fronteras. El general era profesor emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería, y según comentarios de algunos camaradas que fueron sus alumnos, era un militar visionario. No existe ningún otro militar en el Perú que haya llegado a la altura del general José del Carmen Marín Arista…” (Idem. 145)  Mostrando un vivo interés en el conocimiento de estos temas.   
Y es precisamente a partir de estos hechos que me interesa mostrar como algunas de las ideas de los clásicos de la estrategia han influenciado en los escritos y por ende en la actividad práctica del reo Abimael Guzmán.
III.- La petición del Acuerdo de Paz
Como sabemos entre octubre y noviembre de 1993, el discurso del jefe del senderismo peruano dio un giro, llegando a solicitar un Acuerdo de Paz al presidente Alberto Fujimori. Este tuvo como fundamento el reconocimiento de la situación en que atravesaba su organización a raíz de los duros golpes propinados por las fuerzas de seguridad del Estado, “…la dirección del Partido ha soportado, sobre todo en los últimos tiempos duros golpes en diferentes niveles, los más duros en el propio organismo de la Dirección Central, y a todas luces, el mayor de todos, de gran repercusión inmediata y de trascendencia, la captura en septiembre 92 del Presidente Gonzalo y la c. Miriam, Jefatura del Partido y la revolución, el primero, y ambos miembros restantes del Comité Permanente Histórico de la dirección de la guerra popular desde su preparación e inicio; detención que implica un golpe decisivo sobre  la ya debilitada dirección proletaria y repercute directa, larga y estratégicamente  no sólo tácticamente sobre todo el Partido, la guerra popular y la revolución peruana.” (PCP: 1993ª.10) Es así que la detención de Guzmán y los miembros de su Comité Central llevó a que se produzca problemas reales en la conducción de la guerra y por lo tanto la perspectiva de coronar con éxito los objetivos que buscaban, como fueron conquistar el poder e instaurar una “República Popular” se volvían inviables, en ese mismo documento se advertía: “…en la actualidad esta guerra popular no puede desarrollarse, triunfar ni menos conquistar el Poder. Más aún, continuar en las actuales circunstancias encierra riesgo creciente de derrota y destrucción y llevarla a su hundimiento…” (Idem. 15) Mas aún se advertía que la guerra interna ni los actos terroristas podrían mantenerse de manera indefinida en el tiempo “…es fácil deducir que hay un natural retraimiento, ven un  cuerpo grande pero sin cabeza, y eso les repercute, la guerra es prolongada pero no eterna ni tampoco se debe estancar…” (PCP:1993b)
IV.- La Nueva Gran Estrategia Política y Liddell Hart
Siendo esa la perspectiva a la que se enfrentaba la organización subversiva peruana, de pasar de una etapa de guerra o lucha armada a una nueva de paz, sin haber alcanzado ninguno de los objetivos por los cuales se levantó en armas, Guzmán se basó en una explicación desde el punto de vista de la estrategia política para explicar esta decisión a sus seguidores estén estos en prisión o fuera de ella. Hacia fines de 1993 se dio a conocer un nuevo documento subversivo bajo el título “¡Asumir y Combatir por la Nueva Gran Decisión y Definición”, que iba en la misma línea de argumentación en favor del pedido de un Acuerdo de Paz, allí Guzmán detalla de manera más explícita los problemas en que atraviesa su organización e intenta una mostrar el inicio de la lucha armada (mayo de 1980), como parte de la “Revolución Proletaria Mundial”, utilizando en esta disquisición la categoría de Nueva Gran Estrategia Política, del cual destaca los beneficios que se podrían obtener de la aplicación de esta Gran Estrategia, “Beneficios concretos que se derivan de un Acuerdo de Paz para el Partido, contingente y masas…ya no habrían pretextos para restricciones a sus derechos por tanto mejores condiciones para luchar. Para la Nación, frente al rezago de sus vecinos avanza su camino evolutivo, impulsarían su proceso evolutivo y le beneficiará al proletariado…”, pero ¿de dónde proviene este término?
Liddel Hart tiene la respuesta, pues al analizar el concepto de estrategia en Clausewitz, y Moltke  llega a sintetizarlo de la siguiente manera:“El arte de distribuir y aplicar los medios militares de modo de cumplir con los fines de la política “ (Hart: 1960.531) Pero no queda allí su explicación, porque se da cuenta que analizó solo un plano de este concepto, que fue el militar, dando cuenta que existe otro plano más amplio “Así como la táctica es una aplicación de la estrategia en el plano inferior, así la estrategia es una aplicación en el plano inferior de la gran estrategia”  y ésta viene a ser un sinónimo de la política puesto que la gran estrategia o alta estrategia tiene la función de “coordinar y dirigir todos los recursos de una nación, o grupo de naciones, hacia el objetivo político de la guerra, el fin definido por la política fundamental” (otro término usado en la documentación senderista de esos años).
 Pero, ¿por qué les resultó útil este concepto que engloba su pedido de Acuerdo de Paz que fue presentado como una rendición y capitulación a sus creencias políticas?  Porque para Hart la Gran Estrategia va mas allá de la guerra mira fundamentalmente la paz, pero desde la mirada del estratega, del conductor político de la guerra “…mientras el horizonte de la estrategia está limitado por la guerra, la gran estrategia mira más allá de la guerra, hacia la paz subsiguiente. No solamente deberá combatir los diversos instrumentos, sino que también tendría que regular su uso, para evitar perjuicios al futuro estado de paz, para su seguridad y prosperidad…” (Idem. 532)
La Gran Estrategia mira básicamente un horizonte que va más allá de un estado de guerra y prepara las condiciones futuras de su desenvolvimiento (en este caso de la red PCP-SL), en un futuro estado de paz. Es la idea central que encierra  el discurso subversivo, al presentar  todas las políticas y acciones que tomó esa organización dentro de ese gran marco, como fue su petición de un Acuerdo de Paz, Defender la vida el Partido, Solución política a los problemas derivados de la guerra o la actual lucha legal.
V.- Guerra, política, Clausewitz y guerra política
Por otro lado existen algunas breves pero puntuales referencias a los clásicos de la estrategia en los escritos de Guzmán hechos en prisión, por ejemplo cuando se refiere a la acción de los Estados Unidos y su accionar en la década de los 60 del siglo pasado, señala: “…ya en los 50 Liddell Hart planteó que había equilibrio en la contienda mundial pero si se desenvolvían luchas no convencionales , Beufre planteó que había un proceso de agresiones subrepticias que llevaba a delante la URSS contra el sistema occidental (son dos grandes estrategas del siglo, inglés y francés) él también ve la guerra contrasubversiva y lo hace ver como un problema global…” (Idem: 1993b) Además existe otra breve referencia a Clausewitz en el mismo documento, dice: “…más que de conocimiento es de decisión de resolución, Clausewitz dice: resolución es cuestión de creencia incontrovertible de estar dispuestos a dar la vida…”
Las referencias al general alemán las podemos rastrear desde las años 80 cuando en un documento llamado Línea Militar señalaba: “…los hechos políticos y militares son los que han definido los grandes cambios en el país, nos dice primero que se da el hecho militar y después el cambio político. Así se reafirma en que la guerra es la continuación de la política por otros medios…” (Arce: 1989. 343)
Estos planteamientos a partir de 1993 se ampliaran a toda la esfera de la vida humana, hasta hacer un símil entre guerra y política, en otras palabras en el pensamiento militar de “Gonzalo”, todas las acciones de la vida social también pueden verse como una guerra, tengan estas la condición de usar armas o no, como lo podemos ver en estas frases: “…hay guerra todos los días y como es cotidiana creemos que es normal y solo se dice guerra cuando se toman las armas. Partir de que la lucha de todos los días, es una lucha, una guerra de clases tiene diversas manifestaciones…” (Idem.1993b) o como en esta otra cita: “Algunos no ven hoy guerra de clases, y piensan que hay guerra de clases cuando uno está con las armas en la mano, negando que hay guerra de clases todos los días, y que es ideológica, política y orgánica y la forma más alta de guerra política es guerra con armas, la que se da en ciertas circunstancias, no todos los días, sino sería guerra interminable” (PCP: 1993c)
El uso de estas ideas están ligadas a lo que conocemos como Guerra Política, doctrina elaborada por los ingleses en los manuales antisubversivos que engloba la guerra ideológica, psicológica, guerra de estrategia, guerra de inteligencia y guerra organizacional.
Cabe preguntarse en qué medida es válido el uso de ideas y conceptos de la estrategia militar y política en el discurso de líder senderista, para que pueda ser presentado como un acto de capitulación o rendición ante el Estado peruano o es que los objetivos políticos para la derrota del senderismo trazados por el gobierno de Fujimori no se alcanzaron de manera definitiva…será este un tema polémico y abierto al debate.  

Bibliografía
ARCE BORJA, Luis (compilador)
1989    La guerra popular en el Perú. El Pensamiento Gonzalo. Lima. Edición El Diario
MATIAS, Andreo
1988    Sendero Luminoso. Guerra Política. Lima. Ediciones Universo

MONTESINOS TORRES, Vladimiro
2009    Sin sendero. Alerta temprana. Lima. Ediciones Ezer
PCP
1993a Luchar por un Acuerdo de Paz
1993b Asumir y Combatir por la Nueva Gran decisión y definición
1993c La gran ley de la lucha de clases
Páginas web:


jueves, 5 de abril de 2012

Publicado en la REVISTA PRAXIS EN LA HISTORIA



 
 

ESBOZO ACERCA DE LOS ORÍGENES Y FORMACIÓN DE LA BURGUESÍA BUROCRÁTICA EN EL PERÚ

Carlos Villanueva Benavides.
Carlos93historia@hotmail.com.pe
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Al analizar un problema es bueno partir de un marco general que constituya tu visión del mundo y, por lo  tanto, demanda  aplicar lo más conscientemente posible los presupuestos filosóficos del cual se deriva. Este artículo no buscará establecer aquellos marcos, sino, por el contrario, intentará aplicarlos al estudio de, por lo menos, una vertiente en lo ideológico y político del cual se nutrió la  burguesía burocrática en nuestro país.
Para ello analizaremos dos vertientes de su desarrollo, por un lado, el aspecto económico, que solo lo mencionaremos, pues quedará pendiente profundizar su estudio y, por el otro, la influencia de la doctrina de seguridad norteamericana en los ejércitos de Latinoamérica, punto del que nos explayamos más en este artículo. 
Hacia finales de la década del veinte del siglo pasado, el fundador del Partido Comunista del Perú, José Carlos Mariategui [1]en el punto tercero de los principios programáticos realiza una caracterización general de la sociedad, señala que:


 
“[...] El capitalismo se desarrolla en un pueblo semi-feudal como el nuestro, en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal correspondiente a la etapa de la libre concurrencia a cesado de ser válida. El imperialismo no consciente a ninguno de estos  pueblos semi-coloniales que explota como mercado de su capital y sus mercaderías y como depósito de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo. Los obliga a la especialización, a la monocultura. (Petróleo, cobre, azúcar en el Perú). Crisis que se deriva de esta rígida determinación  de la producción nacional por factores del mercado mundial capitalista.”

Es así, que el capitalismo que se desarrollará en nuestro país, estará dentro de los causes que enmarque la economía y la política internacional, a esta forma especial de capitalismo que se desarrolla en las naciones oprimidas será llamado capitalismo burocrático, puesto que se desenvuelve sobre una base semi-feudal y estará sujeta al imperialismo, con nulas posibilidades de desarrollo autónomo ya que este capitalismo restringe a la burguesía nacional,  oprime a la pequeña burguesía, al campesinado y al proletariado.
Es a partir de 1919 con el gobierno de Augusto Bernardino Leguía, que se iniciará el desplazamiento del imperialismo británico por el norteamericano, la “burguesía mercantil” como la llamaba Mariategui, tomará el control del Estado y desplazará a la vieja aristocracia terrateniente, emprenderá un proceso de modernización reformando la constitución, instituyendo un aparato represivo como la policía en el Ministerio del Interior y combatirá a los llamados caciques – gamonales, de donde solo sobrevivirán estos últimos, además del establecimiento del impuesto a la renta, la ley de conscripción vial entre otros. Por este período se produce el debate Deustua – Villarán, acerca de los modelos educativos, cuestionando de este modo el sistema de ideas de los terratenientes y alabando el modelo norteamericano.  Lo más importante es constatar que en aquellos años la burguesía peruana deviene en burguesía compradora, verdadero apéndice de la burguesía internacional, y cabeza  del proceso político, además  de tomar como forma de gobierno el modelo demoliberal.

INTERVENCIÓN ESTATAL EN LA ECONOMÍA

 
En el aspecto económico, es a partir de la crisis del 1929 – 34, que sacudió la economía mundial, donde la burguesía burocrática se desarrollará. Como sabemos si bien los estudios acerca del crac del 29 tienen distintos enfoques desde  tesis como las de Jonh Kenneth Galbraith[2], quien no  considera que se pueda encontrar responsabilidades en ningún grupo social en  dicho acontecimiento, que lo explica a partir de las ansias desmesuradas de hacerse ricos en muy corto tiempo por parte de la población. También existen otras tesis que lo ven como una crisis de sobreproducción devenida de la abrumadora producción industrial norteamericana y la escasa capacidad de compra por parte de una Europa en reconstrucción luego de la Primera Guerra Mundial; aunque los entendidos dicen que esto está en debate. No obstante, lo que nos interesa es señalar que el sistema político implementó nuevos modelos económicos propugnando básicamente la intervención estatal en la economía de los países, mostrando de manera abierta los serios problemas a los que habían llegado las antiguas recetas liberales.
El economista británico Jonh Maynard Keynes[3], juega aquí un papel destacado, pues su doctrina económica no intenta hacer un estudio de la evolución histórica social, sino busca reconstruir y garantizar la supervivencia del sistema, siendo su recomendación básica una creciente intervención estatal como condición al funcionamiento exitoso de la iniciativa individual.

DE LA DOCTRINA DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA A LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL.
Por otro lado, tenemos que en el ámbito militar, terminada la Segunda Guerra Mundial, se acentúa la influencia  de los Estados Unidos, quienes desplazarán de manera definitiva a la escuela francesa en la formación profesional de los oficiales y en la organizaron de las fuerzas de seguridad.[4] Los vencedores de la guerra mundial sintetizaron su experiencia bélica poniendo sobre el tapete nuevos conceptos como el de la Guerra Total, Defensa Nacional y la lucha contra los comunistas.
Al buscar las fuentes documentales que nos acerquen al pensamiento político de los  militares,  como se comprenderá, constituye una gran dificultad acceder a los documentos y archivos que estas instituciones manejan, en algunos casos no es posible el acceso y en otros simplemente no existen archivos.[5] Sin embargo, consideramos que una fuente de primera mano que nos muestra como se realizó la evolución en el pensamiento político de los militares es el análisis de los artículos que en las revistas de los institutos castrenses se publicaron.
Por aquellos años en los medios castrenses circulan artículos como el del comandante Carlos Gonzáles[6] quien, busca legitimizar la función del ejército en la sociedad, recalcando su papel como protector de la civilidad contra amenazas insanas de ideologías extranjeras,  esboza una teoría referida al desarrollo paralelo  de las sociedades y los ejércitos:

 “[...] en esta carrera paralela de progreso de los pueblos y ejército, creose un vínculo tan estrecho e indestructible entre ambos [...] en algunas naciones llega a producirse una completa identificación la que se ampliará más [...] frente a los modernos conceptos de la nación en armas y la guerra total.”

Ésta nueva y creciente influencia se expande en  toda América Latina. En agosto de 1955, la Revista Militar publica de manera íntegra un artículo escrito por el General Tomás  Sánchez Hernández del ejército mexicano[7], quien analiza las causas de la capitulación del ejército francés en la guerra, concluye que esta se debió al anquilosamiento de los estrategas galos quienes  luego del triunfo de la Primera Guerra Mundial  se contentaron  solo con aplicar un método defensivo, tipo muralla china (línea Maginot), para resistir el embate germano, poniéndose de espaldas a la aplicación del desarrollo científico a través  del uso de la  tecnología en la guerra. El autor más adelante describe como el ejército francés terminada la guerra superó ese problema a través de la implementación de  modernos métodos de enseñanza a los oficiales en su Escuela Superior de Guerra, quienes no  solo recibirán la instrucción técnica militar, sino que serán capacitados en otros ámbitos mediante los estudios generales: “[...] para orientarlos sobre los problemas de la defensa nacional total [...].”
Este artículo es importante porque nos muestra cómo derivado del análisis de la guerra se va a llegar a la idea que esta involucra el uso de todos los recursos de una nación, ya sean estos materiales o espirituales (humanos): ”[...] arrojando en la balanza de la guerra la totalidad de los recursos morales, diplomáticos, demográficos, industriales y agrícolas [...]”, por lo que es necesario articular el desarrollo de una nación en función de posibles escenarios de guerra. Así, la Guerra Total como doctrina militar va a traspasar los linderos netamente militares  para  involucrarse no solo en los planes de gobiernos de los estados, sino plantear explícitamente la necesidad de un Proyecto Nacional que vaya más allá de los eventuales gobiernos, estableciendo objetivos nacionales y planes estratégicos para el desarrollo de una nación:

 “Esta orientación hija de la segunda conflagración mundial justifica  la presencia de elementos civiles en una Escuela Superior de Guerra, que especializados en unas disciplinas distintas a las específicamente militares  forman equipos con los militares de carrera para abordar los estudios de  la defensa nacional”, concluye  Sánchez.

Recordemos que ya para esos años estaba  en funcionamiento el Centro de Altos Estudios Militares[8] bajo la dirección del general José del Carmen Marín Arista[9]. Esta institución fue fundada el 15 de junio de 1951. Así, a la ceremonia realizada en el cuartel de Pueblo Libre, asistieron destacadas personalidades  civiles y militares entre ellos el Primer Ministro y Ministro de Guerra Zenón Noriega. De este acontecimiento nos interesa destacar las palabras de Marín, quien esbozó allí las líneas que recorrerá esta institución: 

178
 
“[...] abordaremos el estudio analítico del proceso de preparación integral del país para su defensa a fin de poner en evidencia las ideas directrices que la norman, el papel relativo a las fuerzas armadas y de las fuerzas vivas, las relaciones de todo orden que existe entre ambas y finalmente para definir como se realiza  y en que se traduce la colaboración con el alto mando [...].”

En otras palabras, se enmarca dentro de la concepción impulsada por la doctrina militar norteamericana que,  en esos momentos, preparaba al conjunto de América latina dentro de sus planes de la guerra fría, cuestión que es indesligable de cualquier planeamiento estratégico, por eso Marín en su alocución dice que: “[...] el Perú tiene deberes respecto a la Defensa Continental emanadas de los compromisos internacionales, para cuya ejecución sus medios pueden ser contemplados del exterior [...].”[10]
En el plano del desarrollo económico,  Marín  expondrá la visión que los manuales de  la doctrina militar le demandan, ésta lo desarrolla cuando analiza el Potencial Nacional, nombre con que se le denomina a todos los medios con que el Estado cuenta para la realización de sus planes de bienestar y de seguridad. Afirma que es el Estado quien debe planificar el desarrollo de la potencialidad del país, pues en la economía existen dos agentes de desarrollo:

“[...] el sector público cuyo criterio exclusivo es el bienestar nacional y  el sector privado, que abarca a casi la totalidad de las actividades económicas y que actúa con el incentivo de obtener los mayores beneficios dentro del sistema capitalista de propiedad privada y libertad de empresa, [...] si el desarrollo de la potencialidad del país se realizara dentro de este ambiente [...] seria un verdadero milagro que respondiese armónicamente al bienestar y seguridad de la nación.”

Así, afirma categóricamente que:

“Es el estado responsable de ambas (bienestar y la seguridad nacionales), tiene pues el deber de planificar dicho desarrollo y de crear el ambiente y las condiciones materiales favorables para que el sector privado participe en la ejecución de los correspondientes planes con beneficio propio y del bien común[11]


Es dentro de este sistema de ideas que la planificación cumplirá un rol clave, no sólo para la economía, pues del director del CAEM al tratar acerca de la Organización Estatal, señalará que:

“En suma, el bienestar  (es) el fin supremo que se persigue, el desarrollo de la potencialidad del país  el medio de alcanzarlo, la planificación es el método técnico para realizar, no solo ese desarrollo sino el conjunto de la política del Estado.”

Luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos se preocupó entre otras cosas por los suministros de los recursos naturales que adquirían en lo que ellos llaman su patio trasero:

“En noviembre  de 1947, un reporte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sobre las metas soviéticas en América Latina, preveía muy pocas o ninguna posibilidad de golpes comunistas en toda esa  región. Pero la infiltración comunista de grupos ostensiblemente apolíticos, como los sindicatos laborales ya habían avanzado tan efectivamente, que en caso de una guerra contra EE.UU., la Unión Soviética, simplemente dando las ordenes necesarias, puede parar las economías de Chile y de Cuba negando así a los EE.UU., al menos temporalmente, el cobre y el azúcar [...]”[12]

Robert Pollard muestra cómo se va  configurando la política Norteamérica hacia nuestros países de acuerdo a los intereses  estratégicos de esa potencia frente a la URSS, de esta forma desde  finales de la década de los 40 del siglo pasado, EE.UU. no ve ya como peligro  inminente una ocupación directa de  parte de su enemigo comunista en la región, pero sí existe esa creciente posibilidad revolucionaria que debe ser conjurada, de esta manera la doctrina de Seguridad Hemisférica se traslada hacia el interior de los países, tomando una nueva dimensión. Es así, que atendiendo a esta nueva situación, es que  debe existir una alianza de las fuerzas armadas de los gobiernos latinoamericanos con Washington para conjurar cualquier brote subversivo.
Una muestra de esta preocupación se encuentra en el artículo reproducido en la Military  Review escrito por el mayor del ejército norteamericano Teodore Wyckff, [13] quien  al analizar los nuevos proyectiles balísticos de la Unión Soviética y del enorme recorrido que poseen, presenta varias hipótesis de ataques a  distintos blancos en territorio estadounidense y en países aliados, obteniendo como resultado que solo América latina no podría estar al alcance del  fuego de la URSS, por lo que recomienda que es en esa región donde se debe invertir en la construcción de fabricas que provean de armamento a los Estados Unidos, pero  lo que es más importante es la recomendación final, pues reconoce que:

“La pobreza agobiante de la región, la hacen  un objetivo permanente de la propaganda comunista y una forma de precaver este avance seria la realización de un programa de expansión económica e industrial [...] para salvaguardarla de esta amenaza [...].”

Corría ya la década del 60, la revolución cubana fue un golpe muy duro que recibió los intereses norteamericanos, pero no era el único, en el Perú, los movimientos campesinos hacia finales de la década del cincuenta y las guerrillas del 65 y otros tipos de demandas populares en la región, terminaron  de bosquejar, definitivamente, un cambio en la dirección de la Seguridad Hemisférica por  la nueva Doctrina de Seguridad Nacional. Como señalamos líneas arriba, ahora el problema era conjurar al enemigo interno, para lo cual se creó la Fuerza Interamericana de Paz, se fortaleció la OEA y se instituyó la Junta Interamericana de Defensa, pero esta no sería la única política que implementara el imperialismo norteamericano:

“El Presidente Jonh F. Kennedy anunció en marzo de 1961 el ambicioso programa denominado Alianza para el Progreso que implicaba la transferencia para América latina de 20 mil millones de dólares [...].”[14]

De esta forma se establecieron reuniones para definir las políticas. El Consejo Interamericano Económico y Social se reunió en Punta del Este. En aquel conclave el presidente Kennedy hizo llegar un mensaje en la que señalaba:

“Que en la vida democrática no debía haber lugar para instituciones que beneficiaran solo a unos pocos, y que deberían realizarse los cambios profundos para eliminarlas como la reforma agraria, el mejoramiento de la educación, la salud y la vivienda [...].”[15]

Con lo que el propio imperialismo  norteamericano demandaba una serie de reformas a los países latinoamericanos para evitar la subversión comunista.
Esto explica porque varias de las medidas tomadas por los gobiernos militares de la época en el continente, así como por parte del auto denominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas  en nuestro país, resultan ser similares tanto en la forma como en su contenido. Esto lo podemos ver, por ejemplo, en  el caso de Guatemala[16]: “[...] La visión de la dictadura de Carlos Manuel Arana no radica exclusivamente en ganar la guerra interna por medio de la fuerza, sino llevar un plan nacional de desarrollo (1971-1975) [...]”, y más adelante Juan Carlos Torres dirá:

“[...] La Doctrina de Seguridad Nacional buscaba un plan de desarrollo económico en todo Latinoamérica, por ende, la reforma agraria ya no era un signo de subversión, sino ganarles los espacios políticos y económicos planteados por las guerrillas.”

En el Perú, estas directivas  fueron puntualmente señaladas en un memorandum dirigido a  los presidentes de la Junta Militar de Gobierno de 1962-1963. Este documento elaborado por un “grupo de profesionales” a quienes no se les identifica, pero hace suponer que se trataba  no solo de personal militar, sino, también, de civiles, utilizaron en su redacción la terminología usada en el CAEM como lo recoge Víctor Villanueva.[17] El referido memorandum “sugería” la:

“Creación del Organismo Nacional de Planificación. Se fundamentaba en el empirismo que había guiado la vida y actividades del país y en las proposiciones de Punta del Este al crearse la Alianza para el Progreso. Proponía un decreto ley con el indicado fin.”

Más adelante respecto a la reforma agraria indicará:

“Ley básica de Reforma Agraria, por ser una necesidad clamorosa del país, recomendada ampliamente en Punta del Este, que no necesita fundamentacion y que solo tienen la valla de los intereses creados que ningún gobierno se ha atrevido contrariar.”

Existen otros grupos sociales que también se identifican con los intereses de esta facción de la gran burguesía, que no lo hemos desarrollado aquí, pero que podemos mencionarlos, como los socialdemócratas, liderados por Héctor Cornejo Chávez[18] además de grupos filo marxistas y partidos de izquierda revisionistas.

A MANERA DE CONCLUSIÓN
·         Podemos decir que es a partir del año de 1939 (primer gobierno de Pardo) que una rama de la gran burguesía deviene en burocrática, al iniciarse una creciente participación del Estado en la economía debido a la falta de capitales para profundizar el capitalismo burocrático, empezando las pugnas entre ambas facciones de la gran burguesía peruana, la compradora y la burocrática. [19]
·         Será en la administración del presidente Bustamante y luego en el primer gobierno de Fernando Belaunde, que las pugnas entre las dos facciones mencionadas se atizarán, reflejándose en las disputas en el Congreso, derivando en inestabilidad política, entrabamiento a la Reforma  Agraria y, por otro lado, se manifestaba el movimiento insurgente de Luis De la Puente Uceda, a más del creciente descontento del movimiento popular en las ciudades. Es en medio de esta compleja situación que a  través del golpe de Estado de los militares del 68, que estos toman el poder en función principalmente de los intereses de la burguesía burocrática.
·         De lo expuesto no se deriva que los militares sean una clase social, sino, como ya se a dicho, este sector asume los intereses de una facción de la gran burguesía peruana,  en este caso de la burguesía burocrática.



























































[1] José Carlos Mariategui. Ideología y Política. Lima: Editora Amauta. 1987. Págs. 159-160.
[2] John K. Galbraiht. El Crac del 29. Barcelona: Editorial Seix Barral. 1976.
[3] Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936).  
[4] Al respecto se puede consultar: Víctor Villanueva. EJERCITO PERUANO. Del caudillaje anárquico al militarismo reformista. Lima: Editorial Juan Mejia Baca. 1973, capítulo V; y,  Kruijt. La revolución por decreto. Perú durante el gobierno militar. Lima: Mosca Azul editores. 1991, capítulo III.    
[5] Se buscó analizar los sillabus de los primeros cursos dictados en el CAEM, así  como los  discursos memorias que realizan los directores de esa institución al finalizar cada año académico, pero la respuesta en ambos casos fue que no existía esa información, solo tienen archivos a partir de los años ochentas.
[6] “Ejército: Rol social y disciplina.”  En Revista Militar del Perú. Número 2. 1952. Págs. 1-6.
[7] “La Escuela Superior de Guerra de Paris y  la Segunda Guerra Mundial.” En Revista Militar del Perú. 1955.  Número 620. Págs. 35 - 42.
[8] En la década de los noventa esta institución cambio de nombre por el de Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN).
[9] El general Marín fue fundador del Centro de Altos Estudios Militares, primer director y primer asesor de dicha institución cuando pasó al retiro.  Se trata de un destacado militar que egresó como espada de honor de    promoción en la Escuela de Oficiales. Se recibió como bachiller en Matemáticas en la UNMSM, fue enviado a Francia a seguir un curso, egresando con el segundo puesto, ya que  los reglamentos no permitían que un extranjero ocupe el primero. Fundador del arma de Ingeniería del Ejército y catedrático emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería. Marín dictó gran cantidad de conferencias que han sido recopiladas en dos textos que, lamentablemente, aun no tienen mayor circulación, pero que se pueden consultar en la biblioteca del hoy Centro de Altos Estudios Nacionales. Para acercarse a la biografía de este personaje véase: “General de división José del Carmen Marín, Maestro y Humanista”, escrito por el general ® Luis Trigoso Reyna, publicado en la revista de esa institución en noviembre del 2001.
[10] “Se inauguró Centro de Altos Estudios Militares.”En Revista Militar de Perú. Número 6. 1951. Págs.  61-70
[11] José del Carmen Marín.  Conceptos Básicos – Conferencias. Lima: Centro de Altos Estudios Militares. 1972.
[12] Robert Pollard. La Seguridad Económica y los orígenes de la GUERRA FRÍA. 1945 –1950. México DF: Ediciones Gernika. 1987. Véase el capítulo  9.
[13] “La Situación Estratégica de América del Sur.” En Revista de la Escuela Superior de Guerra. Número 4. 1956. Págs. 95 - 98.
[14] “El gobierno argentino frente a la Alianza para el Progreso y la cuestión cubana.” Extraído de la web, contiene gran cantidad de información bibliográfica, pero  no consigna autor.
[15] Loc. Cit.
[16] Juan Carlos Torres Venegas. “Apuntes sobre la dictadura y el ejército: Herramientas coactivas del Estado. Sondeando los Orígenes de la violencia. Guatemala 1945 – 1985.” En Praxis en la Historia. Revista del Taller de Estudios Histórico – Filosóficos. Número 4. Diciembre del 2005. UNMSM. Lima. Págs. 155 – 168.
[17] Víctor Villanueva. El CAEM y la revolución de la FUERZA ARMADA. Lima: IEP. 1972. Págs. 208 – 209.
[18] Héctor Cornejo Chávez.  Socialcristanismo y revolución peruana. Lima: Centro Andino de Capacitación y Estudios. 1975.
[19] Sobre el tema se puede consultar: tomo II. Obras Escogidas Mao Tse Tung, y los artículos del doctor Abimael Guzmán: Revolución Democrática, Contra las Ilusiones Constitucionales y Desarrollemos la Creciente Protesta Popular, colgados  en la web.

miércoles, 4 de abril de 2012


INGLATERRA Y EL CARACTER SEMICOLONIAL DE LA SOCIEDAD PERUANA 1840-1895

Lic. Carlos Villanueva B.
UNMSM

                Al estudiar el periodo republicano más de un autor ha expresado criterios de hondo pesimismo y hasta incomprensión del proceso seguido por nuestras nación, la frustración de lo que Carlos Contreras llama la “promesa” incumplida parece ser la tónica que se deriva de los estudios sobre la vida republicana, pero de ¿dónde viene eso que le llaman la “promesa” incumplida o el “aprendizaje del capitalismo” que aún no se aprende?
                Considero que un factor fundamental para entender nuestro proceso y a partir de allí comprender porque existe este camino “tan escarpado” hacia el “desarrollo capitalista”, es que debemos explorar la formación del camino seguido, si bien es 1821 la fundación de la república como evento formal de la declaración de independencia, el proceso histórico es más complejo y recorre diversas aristas económicas, sociales e ideológicas, además del contexto internacional que tiene influencia decisiva en la formación económica y principalmente espiritual de la nación.
                De esta forma buscaremos analizar cuáles son las bases materiales y los procesos de autoconciencia y autocomprensión que pondrán los cimientos para la historia contemporánea. Analizare el periodo de 1840 a 1895 año en que comenzaría la república contemporánea; estos 55 años son importantes pues las bases económicas, la relación con el Capital extranjero y la carencia de una evaluación en el plano de las ideas de balance y ruptura con las consideraciones coloniales se dejaran sentir en los años futuros.
                El siglo XIX expresa una intensa pugna entre Inglaterra y Francia por denominarnos; a mediados de esa centuria se dan brotes de capitalismo desenvolviéndose sobre la base feudal existente, este proceso va a significar un cambio, pues se va a pasar de una sociedad feudal a una semifeudal y de una sociedad colonial a una semicolonial.
                Parto por considerar que el capitalismo formado por las naciones oprimidas y por supuesto que el de nuestro país, que nace subyugada al capital monopolistas que si bien consciente nuestra independencia política, según sirva a sus intereses, controla todo el proceso económico peruano: nuestra riquezas naturales, productos de exportación, banca y finanzas. Así este capitalismo está atado a la feudalidad y sometido a los intereses monopólicos ingleses y franceses, de esta manera, el capitalismo que se desarrolla es un proceso tardío respecto al desarrollo capitalista mundial y esta será la razón del por qué el Perú tendrá un desarrollo económico subyugado a los intereses extranjeros.
Aspectos Teóricos Metodológicos
                Al empezar a abordar un trabajo de investigación es importante plantearse un marco teórico-metodológico que permita realizar la investigación sobre presupuestos teóricos claros para llegar a conclusiones que nos lleven al conocimiento de la verdad histórica. Según los filósofos J. Obando y L. Solís, la actitud frente al conocimiento científico es selectiva, es decir “selecciona cuidadosamente un determinado tipo de información relacionado con cualquier disciplina natural, social, formal o técnica...” (Obando y Solís. 2004: 28).
                De esta forma para que un conocimiento sea admitido como verdad exige cierto procedimiento explicativo, en los que la selectividad, objetividad, método y la predictivilidad serían partes del proceso del conocimiento científico.
                Pero esta forma de enfocar el trabajo científico es cuestionada fuertemente en el campo de las ciencias sociales. Pues junto al proceso de Globalización y neoliberalismo que vivimos en forma más clara a partir de la década de los noventa; esta trae como fundamento filosófico respecto al ser, el modelo logocentrico que reduce el ser al lenguaje afirmando que el problema del ser es pura y negativamente metafísico, negando la posibilidad de conocer la verdad científica, para Paúl Veyne la historia no es más que un relato de acontecimientos “… Dado que no es más que un relato no nos hace revivir nada, como tampoco lo hace la novela. El relato que surge de la pluma del historiador no es lo que vieron sus protagonistas; es sólo una narración, lo cual permite ya eliminar algunos falsos problemas…” (Veyne. 1984:29) se refiere a los problemas de alcanzar la objetividad científica, y verdad histórica entre otros. Entonces cuál es el interés que le mueve al historiador para hacer historia? se cuestiona Veyne y responde: “el interés del historiador dependerá del estado de la documentación, de sus gustos personales, de la idea que le haya pasado por la cabeza, del encargo que le haya hecho un editor…” (Idem. 1984:31) y respecto a las leyes en la historia este autor lo resolverá de la siguiente manera “Al historiador no le interesa demasiado saber si la agitación en cuestión va en alguna dirección, si obedece a alguna ley, si existe una evolución. Por otra parte es demasiado evidente que la ley no daría la clave de todo. Descubrir que un tren se dirige hacia Orleáns no resume ni explica todo lo que pueden hacer los viajeros dentro de los vagones…”(ídem. 1984:30) de esta forma de manera casi soterrada sin llegar a fundamentar el por qué no existen leyes en la historia, las posiciones  postmodernas no abordan el tema pero sin embargo lo desechan.
                Analizar un problema histórico-social exigirá partir de premisas que expliquen el hecho social no a partir de la subjetividad del investigador ni de la subjetividad imperante de la época, sino de criterios objetivos que vean el hecho histórico como objeto de estudio. De esta forma en el análisis de las bases materiales de la sociedad encontraremos el criterio científico que eleva a las ciencias sociales al nivel de ciencia, pues en la producción y reproducción de la vida material los hombres entran en determinadas relaciones sociales de producción, incluso sin tener conciencia de ello, por lo que investigar las relaciones económicas de producción y de ellas las fuerzas productivas se lleva establecer un criterio científico general de la repetición, Marx expone lo siguiente: “… en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre lo que se levanta la superestructura jurídica y política a la que corresponden determinadas formas de conciencia social…” (Lenin. 1979:14)
                Esta posición teórica ha sido motejada por sus detractores como economicista, cuestión que a mi modo de ver no tiene fundamento, pues lo central de ésta, no es el “materialismo económico” sino en que las Relaciones Sociales se dividen en materiales e ideológicas. Las últimas no constituyen más que la superestructura de las primeras que se van formando al margen de la voluntad y de la conciencia del hombre, como (resultado) forma de las actividades del hombre dirigidas a asegurar su existencia.(ídem. 1979:14,15,16)
                Las leyes en la historia es otro de los puntos cuestionados, se dice que es imposible que estás existan pues “el hombre es libre, no se puede sujetar a leyes históricas…” o se demanda a la historia que demuestre los hechos con exactitud y como no se da igualitito se dice “no vale”, es “erróneo”. Las leyes en la historia existen, rigen, pero de un modo más complejo; al analizar la ciencia no hay leyes pre-establecidas. En la física cuántica por Ej. se guían por la probabilística, sus leyes no son como de la física común, son cálculos por la complejidad de los problemas, pero hay una pauta que hace prever rumbos, entonces ni la física hay previsibilidad absoluta ¿por qué se exige en la historia?
                En la realidad social los hombres siguen rumbos actúan, crean relaciones, concretan hechos sociales los cuales van generando un encadenamiento de hechos históricos y se establecen hitos, las clases fijan rumbos y en función de ellos se da la lucha entre los que lo siguen y la que se oponen y como producto de esa lucha se producen saltos, avances y retrocesos, la comprobación de esos rumbos que se da en la práctica de la transformación se va a guiar por la probabilística.
                En la historia si hay leyes que la rigen, solo que mucho más compleja que en la naturaleza, porque son los hombres quienes lo vamos haciendo al calor de nuestro propio desarrollo. De esta forma en las sucesos sociales hay un rumbo, tiene una causa y un efecto, antecedente y consecuente y la ley se cumple probabilísticamente.
                El Ser de la historia es el estudio de las relaciones sociales acaecidas en un determinado momento histórico y que de ellas estudiar las relaciones sociales de explotación es un factor fundamental que el historiador no debe soslayar; entendido de esta forma el Ser de la historia, este existe independientemente de mi voluntad, el hecho histórico, suceso acaecido o proceso histórico ocurrió en la historia al margen de mi voluntad y al margen de la forma o manera que lo exprese.
                Esto es importante señalarlo, puesto que la influencia de las posiciones postmodernas en la historia y en las Ciencias Sociales en general, llevan a que se realicen estudios sobre las formas, modos y expresiones con lo cual se expresa el ser, así dicen “No hay vida social sin lenguaje… para las Ciencias Sociales es fundamental entender las Relaciones Sociales y estos actos son hechos por la lengua…” (Germaná. Curso Introducción al Estudio de la Intersubjetividad)
                El estudio de la lengua es importante y parte integrante de una realidad histórica pero ¿podemos reducir el ser histórico a las formas de expresión del Ser?, si así  lo hiciéramos ¿estaríamos haciendo historia? considero que no, pues no estaríamos investigando, analizando el ser histórico sino las formas con que expresamos aquel, este problema ontológico el filosofo Obando lo resume de la siguiente manera: “No es cierto tampoco la reducción del ser a que este exista en tanto mediado por el lenguaje, puede haber sin necesidad del lenguaje y además puede ser independiente a nuestra existencia como conciencia (no hay que confundir lo real con la realidad)… Los analíticos, hermeneutas y post-modernos lo que quieren es basarse en la sobre valoración del ser para sí, del ser que existe únicamente mediado por el lenguaje, desprendido de toda condición real para dejarlo reducido al horizonte de la realidad, esto es de la interpretación, el discurso, el lenguaje…” (Obando. 2003:187-188).
                “No hay vida social sin lenguaje” repiten los post-modernos, pero esta afirmación había que ampliarla verla más en conjunto para entenderlo su real dimensión. Stalin en su texto “El marxismo y los problemas de la lingüística” señala: “la lengua es uno de los fenómenos sociales que actúan mientras existe la sociedad … No hay lengua fuera de la sociedad” “Por eso, la lengua y las leyes de su desarrollo solamente pueden ser comprendidas si se estudian en ligazón inseparable con la historia de la sociedad, con la historia del pueblo al que pertenece la lengua estudiado y que es su creador y portador”, “la lengua es el medio, el instrumento con el que los hombres se relacionan, intercambian ideas y logran entenderse unos a otros… En este sentido, la lengua, siendo medio de relación, es, al mismo tiempo, un instrumento de lucha y de desarrollo de la sociedad…” (Stalin. 1976:19-20), bien, ahora podemos entender mejor la frase “no hay vida social sin lenguaje”, pues aquí se ha trastocado el orden de la materia y el espíritu, diría mejor no hay lenguaje sin sociedad, pues este es la primera, sería el ser objeto de estudio, lo que no quiere decir tampoco que la lengua se halle en el campo de la superestructura para el marxismo. La segunda parte de la afirmación dice: “para las Ciencias Sociales es fundamental entender las relaciones sociales y estos actos son hechos por la lengua…” aquí reitera la idea anterior de reducir el ser a la expresión de aquel, lo que constituye una falsedad pues este enunciado entra en contradicción con lo real desde la posición materialista de la historia. De esta manera el ser histórico estaría dado por las relaciones sociales sean estas materiales o ideológicas, pues el hombre es un ser social pensante y actuante vive y se desarrolla en medio de relaciones sociales sean estas profesionales, manuales, intelectuales, técnicas, de clase, de grupo, de gremio, región, nación o mundiales, todo este conjunto sería el ser de la historia.
Autores como Niklas Luhmann y Raffacle de Georgi señalan: “Después de los descubrimientos de la escritura ya no se puede partir del hecho de que la estructura de la sociedad se encuentran siempre en una sintonía continuamente sincronizada… las semánticas pueden transformarse más rápidamente y eventualmente pueden anticipar o activar posibilidades de desarrollo de la sociedad…”, o sea que la sociedad marcha en función a cómo ésta entienda el significado de la expresión que le damos al ser. Visto de otra manera sencilla pero burda con es ella, el desarrollo de la humanidad marchará o se retrasará según cómo nos entendamos, pero este razonamiento sigue siendo filosóficamente el mismo reducir el ser como mundo objetivo al lenguaje, de esto se desprende que aquellas investigaciones en las Ciencias Sociales y en la historia cuyo centro este en función de reconstruir la historia a partir del estudio de la significación de las palabras deben realizarse delimitando cuidadosamente el campo y objeto de investigación, así como el método a utilizar para ello, lo que no niega la posibilidad de utilizar las herramientas que podamos tomar de la lingüística.
                Como queda claro, ahora en el fondo lo que está en debate es el problema filosófico acerca de la existencia del ser como dado primero objetivamente sin necesidad de conciencia o aquel que reduce el ser al lenguaje, sea cual fuese la opción del investigador, este debe actuar con honestidad intelectual y decir claramente sobre que bases va a construir su investigación, de no hacerlo el riesgo es realizar una mezcolanza teórica y metodológica que no refleje con un grado de veracidad la historia, cuestión que descalificaría la investigación.
                Fontana al analizar el “giro cultural” termina diciendo, “es que se trata de un simple episodio de un fenómeno de alcance mundial, que conviene reducir a sus justas proporciones” (Fontana. S/F:298) precisamente porque es un fenómeno de alcance mundial es necesario dedicarle aunque sea una breves líneas que delimiten nuestro trabajo con el de la moda…
Es común encontrar en la historiografía nacional que se ocupa del s. XIX y XX la preocupación por hallar o intentar formular una respuesta acerca del desarrollo capitalista en nuestro país, este es un ejercicio del todo válido y muestra un intento de conceptuar a través de una categoría histórica-económica una totalidad histórica. Pero a mi modo de ver, el hecho de caracterizar una formación económica-social no reside en ponerle una etiqueta o un nombre para darle cierta muestra de rigor científico sino que lleva consigo dos cuestiones importantes a tener en cuenta, por un lado el cómo comprendemos el desarrollo unilineal de la historia y la aplicación del método marxista en la historia.
                Para Carlos Contreras en “El aprendizaje del Capitalismo”, señala que el objetivo de su estudio será examinar la “adaptación del Perú al modelo económico y político adoptado por la independencia; es decir al capitalismo republicano… es decir en la adaptación o aprendizaje del Capitalismo”, (Contreras.2004:Introducción) para este autor el capitalismo sería un modelo ya sea en su variante republicano, federal o cualquier otro, por lo que surge la pregunta el capitalismo es un modelo?, que entienden los seguidores de institucionalismo por modelo? Para los adherentes de la escuela neo-clásica, el análisis económico será entendido a partir de la conceptualización teórica abstractas que le llevarán a formular diversos modelos económicos que se desarrollan en condiciones ideales y a partir de allí buscan que la realidad económica-social se adapte al modelo propuesto. Por lo tanto entender al capitalismo como un “modelo” sería reducir el que hacer historiográfico a los aspectos más formales y superficiales de la investigación y este carecería de un verdadero espíritu científico, pues, desde ya estaría en función de preservar los intereses que tenga el grupo social autor de ese modelo teórico abstracto.
                Por otro lado Heraclio Bonilla al analizar el periodo de exportación del guano señala: “incluso en su situación de socios menores, el acceso a la consignación del guano a la Gran Bretaña les permitió la acumulación de una colosal fortuna. Aquí existió pues la posibilidad histórica de financiar el desarrollo económico del Perú” (Bonilla.1980:50) refiriéndose a que se “perdió” la posibilidad que se genere un desarrollo capitalista a partir de la fortuna acumulado por un sector de la burguesía peruana.
                Pero en ambos autores, ya sea a partir del análisis de un “modelo” económico o desde el punto de vista economicista de Bonilla, ambos coinciden en su preocupación por el desarrollo capitalista. Esta etapa histórica por la que transita la humanidad es reconocida por la evidencia y peso de los hechos, pero en ambos casos a los autores mencionados les podríamos preguntar por qué luego de la independencia el Perú optó por el modelo capitalista? ¿Pudo optar por algún otro modelo?, esto en el razonamiento de Contreras; mientras que en el de Bonilla cabría la pregunta ¿por qué la burguesía consignataria del Guano tendría que haber financiado un proceso de industrialización capitalista? Parecen hasta ilógicas estas pregunta, pues se da por sentado que sea cualquiera la manera como se quiera mostrar el devenir histórico del s. XIX y XX el proceso capitalista ocurrió en nuestro país con sus propias particularidades, retrasos y de acuerdo al conjunto del desarrollo la historia universal.
                Bien, esto que damos por aceptado, el análisis del capitalismo en nuestro país acabado el proceso de colonia española, es expuesto teóricamente en el desarrollo unilineal de la historia, la cual señala que la historia de la humanidad en su conjunto a seguido un proceso de desarrollo desde la comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y proseguirá hacia el comunismo pasando por una etapa intermedia llamada socialismo; pero esta teoría no es aceptada por ninguno de los autores señalados líneas arriba, pero sin embargo el peso de los hechos hacen que se reconozcan sus categorías.
                Aníbal Quijano al respecto dice lo siguiente: “una idea del cambio histórico como un proceso o un momento en el cual una entidad o unidad se transforma de manera continua, homogénea y completa en otra cosa y abandona de manera absoluta la escena histórica. Esto le permite a otra unidad equivalente ocupar el lugar, y todo esto continua en una cadena secuencial. De otro modo no tendría lugar, y todo esto continua en una cadena secuencial. De otro modo no tendría sentido, ni lugar, la idea de la historia como una evolución unidireccional y unilineal…” (Quijano.2000: 208) pero cuándo los clásicos del marxismos han expuesto de esa forma el desarrollo unilineal de la historia?, cuándo y en dónde está eso de que una “unidad se transforma de manera continua, homogénea y completa a otra cosa…”? esto solo tendrá respuesta si entendemos estas palabras como la forma de comprender el desarrollo unilineal de la historia desde posiciones no marxistas, que toman categorías, y formas del materialismo histórico pero despojadas del contenido científico de ésta, las confusiones expuestas por Quijano llevarán a posiciones de escepticismo respecto a la posibilidad de conocer el ser social, así concluirá este reconocido sociólogo: “De esta manera seguirá siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos nunca identificar nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser de una manera parcial y distorsionada” (ídem. pp. 226); este mismo sentimiento de no saber en dónde estamos ni adónde vamos no es exclusivo de Quijano; Heraclio Bonilla al hacer su crítica a la historia tradicional señala: “Los cambios que desde la década de los 50 vienen afectando a la sociedad peruana han producido una fisura en la estructura de poder tradicional, al mismo tiempo que han provocado el surgimiento en el plano de la Historia de grupos medios hasta hoy desplazados. El sentido incierto de estos cambios, la urgente búsqueda de una nueva identidad y legitimidad histórica… conducen a un replanteamiento general de la historia”. (Bonilla y otros.1972:76)
                Estos autores caen irremediablemente en las posiciones pesimistas y escépticas respecto a la posibilidad del conocer el ser histórico pues para Quijano no se podrá reconocer ni nuestros problemas y en Bonilla los cambios tienen sentido incierto.
                Pero la historia nos muestra que se expresaron diversos grados de desarrollo social, hay pueblos más avanzados que otros, y los atrasados cogen los puntos más desarrollados sin tener que pasar por el periodo que les faltó, así por ejemplo una comunidad primitiva al relacionarse con una sociedad ya feudal en un segundo momento de feudalidad no va a esperar descomponerse, pasar al esclavismo para después ingresar a la feudalidad. Esa propia vinculación le ayudará a dar el salto social, pero allí lo importante es ver que la humanidad con su conjunto ya ha ingresado a la feudalidad en su segundo momento incluso y este es el sentido general del desarrollo unilineal de la historia, por lo que su aplicación consiste en el análisis concreto de la situación concreta, el materialismo histórico no es una regla para subrayar sino que requiere aplicarlo viendo cada caso y se debe tener la mente abierta para ver como se ha expresado la ley según las particularidades acaecidas en cada sociedad estudiada.
                Finalmente hablare en forma breve del método que utilizaré en la investigación a realizar.
                En diversas ocasiones en el estudio de la historia nos preguntamos por qué existen sobre un mismo hecho histórico diversas visiones o interpretaciones; así por ejemplo Gustavo Montoya en la “Independencia del Perú o el fantasma de la revolución” señala: “si bien es cierto que cada época elabora imágenes distintas sobre un mismo acontecimiento, no es menos cierto también que el interior de un mismo tiempo histórico conviven narrativas muchas veces totalmente contradictorias” (Montoya.2002:25); pero por qué existen las “narrativas … totalmente contradictorias”? esto no lo esclarece el autor.
                Por otro lado en la actualidad se da bajo el amparo de la post-modernidad una corriente de investigación histórica que privilegia por sobretodo y por encima de todo el análisis de la política entendida ésta como un nivel independiente de la realidad social, concibiendo la política como un proceso cultural simbólico. Esta llamada “Nueva Historia Política” toma principalmente como fuentes para su interpretación histórica las cartas o memorias de los “grandes personajes”, además de las normas legales existentes en el momento histórico estudiado, pero, acaso ¿estos son los hechos acaecidos materia ineludible en el quehacer historiográfico?
                Entonces existen dos niveles en los que el historiador debe trabajar y manejar, el primero será remitirse a los hechos, lo que ocurrió en la historia; indudablemente las cartas; memorias y el orden legal establecido por un estado serán elementos a tener en cuenta, pero no quiere decir que sean ellos todo lo que debamos anunciar como realidad acaecido, pues las cartas, memorias, el orden legal etc., llevará consigo una fuerte carga de parcialidad pues reflejarán necesariamente los intereses que dichos personajes, grupos sociales o clases sociales tienen; entonces entendiendo de esta forma la búsqueda de lo histórico, está deberá comprender un seguimiento minucioso de los hechos ocurridos, a fin de hacer una reconstrucción histórica en su totalidad y prevenirnos de la unilateralidad.
                Un segundo nivel es el lógico, que estaría dado por la conceptualización de lo histórico, o sea vendría a ser la comprensión de esos fenómenos o hechos fácticos que el investigador recoge, de los cuales extrae sus aspectos esenciales llegando a la generalización de la ley.
                Engels dice lo siguiente sobre el método realizado por Marx al analizar la Economía Política: “Esta forma presenta, aparentemente, -se refiere a lo histórico- la ventaja de una mayor claridad, puesto que en ella se sigue el desarrollo real de las cosas… La historia se desarrolla con frecuencia a saltos y en zig zags, y habría que seguirla así en toda su trayectoria, con lo cual no solo se recogerían muchos materiales de escasa importancia sino que habría que romper la ilación lógica… Por tanto el único método indicado era el lógico. Pero este no es en realidad, más que el método histórico, despojado únicamente de su forma histórica y de las contingencias perturbadoras… Vemos, pues, cómo con este método el desenvolvimiento lógico no se ve obligado, ni mucho menos, a moverse en el reino de lo puramente abstracto. Por el contrario necesita ilustrarse con ejemplos históricos, mantenerse en constante contacto con la realidad” (Marx y Engels. 1973:526, 527, 528).
                Lo histórico es lo real acontecido en todos sus detalles y con su cronología. Lo lógico toma elementos de lo histórico pero apunta a la esencia. Mauricio Lebedinsky en su libro Notas sobre la Metodología y la Investigación al respecto dice: “Reproducir un objeto en el pensamiento, en toda su objetividad y concreción, significa comprenderlo en su desarrollo, en su historia. Para ello existen, en sumas, dos métodos: el histórico y el lógico. En lo histórico hay que ver la sucesión cronológica y el desenvolvimiento de toda su riqueza concreta. El método lógico reproduce, en forma teórica abstracta, el contenido principal del movimiento del objeto; es decir, refleja el objeto en sus conexiones más esenciales y permite comprender la historia… El estudio de la historia en toda su complejidad, con sus vaivenes y causalidades, debe conducir a la comprensión de su lógica, de sus leyes, de los jalones fundamentales que signan su desarrollo”. (Lebedinky. 1984:118-119)
                Una vez expuesto en forma breve lo histórico y lo lógico como método para nuestra investigación, podemos comprender de donde proceden esas “narrativas contradictorias” que sobre un mismo hecho o proceso histórico existen, como señala Gustavo Montoya; pues a eso que hoy le llaman “narrativa” o “discurso” no será sino el proceso lógico que el investigador ha realizado, pues el conocimiento de hombre depende principalmente de su actividad en la producción material; sobre este proceso Mao Tse Tung señala lo siguiente: “La Práctica social del hombre no se reduce a su actividad en la producción; sino que tiene muchos otras formas: la lucha de clases, la vida política, las actividades científicas y artísticas; en resumen el hombre como ser social, participa en todos los dominios de la vida práctica de la sociedad. Por lo tanto, va conociendo en diverso grado las diferentes relaciones entre los hombres no solo a través de la vida material sino también a través de la vida política y la vida cultural… En la sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una determinada clase, y todas las ideas sin excepción, llevan su sello de clase.”(Mao Tse Tung. 1968:318) De esta manera esas “narrativas contradictorias” no serán sino expresión de ese conjunto de fenómenos que la práctica social ha impreso en cada investigador.
                Por ello es que existen sobre un mismo hecho histórico diferentes y hasta contradictorias “narrativas” como dice Montoya.
                Para concluir podemos decir que tomar teorías, principios o definiciones como punto de partida para una investigación histórica que pretenda ser científica, no es correcta, pues, no estaríamos usando un método de análisis válido. En sus escritos Filosóficos-Económicos Mao Tse Tung señala este problema: “No se obtienen teorías y principios sino luego de análisis y estudios. Indudablemente, el hombre adquiere al comienzo conocimiento por el contacto con los fenómenos, luego a partir de ellos descubre teorías y principios”(Mao. 1976:107-108). Entonces partir de definiciones en la investigación histórica lleva a usar un método no de análisis sino de deducción; y esto es aplicar la lógica formal o aristotélica ya superada por la lógica dialéctica.
RESEÑA
LA ECONOMÍA PERUANA EN SU PRIMERA CENTURIA: TRES FASES EN EL DESARROLLO DEL MERCADO INTERNO
                En este artículo el autor analiza el problema del mercado interno en el Perú de 1830 hasta los inicios del siglo XX a partir de la interrelación de cuatro factores como son: el territorio, la población, el acondicionamiento normativo y el acondicionamiento económico.
                A través del análisis de estos cuatro factores y el derrotero seguido por cada uno, buscará o creerá encontrar que los cambios producidos en ellos estará en función del desarrollo del mercado interno en el país.
                Sobre el territorio. Describe la geografía de la Costa y Sierra, señalando la existencia de una comunicación tortuosa y lenta, por lo que el comercio desde la costa a la Sierra estaría determinado por la dificultad de llevar mercaderías de mucho peso hacia los andes, siendo las telas, ropas, muebles, artículos de ferretería y  licores los productos que preferentemente se negociaban con la Sierra.
                En cuanto a la población, Carlos Contreras indica que para un mercado interno se requiere de número elevado de habitantes y que a su vez posean ingresos altos. Indica que hacia 1830 la población peruana era de un millón y medio de habitantes de los cuales las ¾ partes vivían en el campo dedicados a la agricultura, ganadería y en las minas, mientras que solo un cuarto de la población vivían en ciudades. De estos datos el autor resalta que es la población de raza blanca la más acostumbrada al consumo y si a esto sumamos que en el proceso de independencia se produjo la salida del país de empresarios de minas, hacendados y comerciantes españoles y extranjeros, todo este generaría, para Contreras, el debilitamiento del aparato productivo del país. Claro que estas afirmaciones del autor son bastantes polémicas puesto que maneja dos ideas de fondo, la primera relacionada a fundamentos culturalistas de identificar a los indígenas o mestizos como sectores sociales que tienen determinados hábitos de consumo explicables a partir de sí mismo o por razones tradicionales y luego es expresar una visión empresarial de la historia, al considerar a los empresarios como el motor fundamental de la economía.
                Al analizar el acondicionamiento normativo, el autor señala que este se constituye como necesario para el desarrollo del mercado interno, y estará dividido en:
-   Sistema monetario, en donde la moneda de plata era la de más alta denominación, un peso equivalía a un real que era un octavo de peso, y un cuartillo equivalía a un cuarto de real; por lo que la escasez de moneda “chica” o lo que hoy llamamos “sencillo”, se constituyó en un obstáculo para el mercado interno, este problema abrió paso a la introducción de monedas extranjeras como el feble boliviano, el real brasileño, la libra esterlina y el dólar como monedas aceptadas como circulante dentro de la economía peruana.
-   Sistema Tributario Fiscal: a través de este sistema el estado podía crear estímulos o barreras para diversas actividades productivas. El estado se nutria de 2 impuestos, la contribución de indígenas y castas; llamado también “personal” y el de derechos de aduanas. Cada una rendía entre uno y un y medio millón de pesos al estado, lo que sumaban las 2/3 partes del ingreso total, mientras que un tercio provenía de impuestos a la producción (diezmos minero, diesmo agrario)
                  Contreras señala que la gran novedad respecto a la colonia fue la eliminación de la alcabalas o impuestos al comercio interno, lo que debió redundar en un aumento de la producción y consumo locales, pero la existencia de los impuestos a la producción hace que esto desanime a los empresarios o sea “desalentaba sus esfuerzos”. Y aquí reiterará esta visión empresarial de la historia.
                  Finalmente, analizará el sistema judicial, que lo catalogara como el más inadecuado para la expansión del mercado, puesto que luego de la independencia la mayoría de los funcionarios se regresó a España, por lo que la reconstrucción de una red de administración de justicia para castigar los incumplimientos de contratos fue lenta.
Y aquí se redondea esta visión empresarial de la historia, puesto que recoge ideas que difunden las posiciones neoliberales respecto a la economía y la inversión extranjera y las traspasa al siglo XIX; así tenemos “no a la emisión de monedas sin respaldo” y analiza el sistema monetario; “rechazo a los impuestos antitécnicos” y concluye que sobre el sistema tributario del siglo XIX no alienta a los empresario y finalmente hoy piden “estabilidad en las reglas de juego” y Contreras responde que el sistema judicial no pudo sancionar a los que incumplían los contratos- ¿Acaso podemos analizar el siglo XIX con las necesidades de las clases dominantes del siglo XIX?

BIBLIOGRAFIA
1)              BONILLA, Heraclio
1980                        Guano y Burguesía en el Perú
                                  Instituto de Estudios Peruanos. Lima
2)              BONILLA, Heracli y Otros
1972                        La Independencia en el Perú
                                  I.E.P. Lima.
3)              CONTRERAS, Carlos
2004                         El Aprendizaje del Capitalismo. Estudios de historia económica y social del Perú Republicano.
                                   Instituto de Estudios Peruanos. Lima.
4)              FONTANA, Josep
S/F                            La Historia de los Hombres
                                   Crítica Barcelona
5)              LEBEDINSKY, Mauricio
1984                         Notas sobre la metodología y el estudio de la investigación.
                                   Edit. Cartago – México.
6)              LENIN, Vladimir Ulianor
1979                         Quienes son los “amigos del Pueblo” y cómo luchan contra los social demócratas.
                                   Edit. Progreso Moscú.
7)              MAO TSE TUNG
1968                         Obras escogidas. Tomo I
                                   Ediciones lenguas Extranjeras. Pekin

1976                         Escritos Inéditos. Filosofía Economía Política.
                                   Ediciones “Vientos del Este”
8)              MARX, Carlos Y Federico ENGELS
1973                         Obras Escogidas. Tomo I.
                                   Edit. Progreso. Moscú.               
9)              MONTOYA, Gustavo
2002                         La independencia del Perú y el fantasma de la Revolución.
                                   I.E.P. colección Mínima. Lima
10)           OBANDO, Octavio y Luis SOLIS
2004                         Filosofía: Inicio y Camino. Una visión crítica. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Lima.
11)           OBANDO, Octavio
2003                         Ocaso de una impostura. El fracaso del paradigma intelectualista de la filosofía en el Perú.
                                   Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Lima.
12)              QUIJANO, Aníbal
2000                         Colonialidad del Poder, eurocentrismo y América Latina. En: La Colonialidad del saber, eurocentrismo y Ciencias Sociales. Edgardo Lander (compilador).
                                   Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. CLACSO. Buenos Aires.
13)     STALIN, Iosif
1976                         El marxismo y los problemas de la lingüística.
                                   Ediciones de lenguas Extranjeras. Pekín.
13)           VEYNE, Paul
1984                         Cómo se escribe la historia. FOUCAULT revoluciona la historia.
                                   Alianza Editorial. Madrid.