miércoles, 4 de abril de 2012



LA GESTA DEL MARRANO – Para Historia del Perú Colonial

“-Todo lo que nos ocurre merece perdurar- se dirigió a Francisco – Escribiendo Crónicas aprendí historia. La historia es una de las ciencias más antiguas. Los griegos le inventaron una musa especial. La Historia insufla significado y valor. La amo.”
Diálogo en: LA GESTA DEL MARRANO
 
 







INTRODUCCION
                El presente trabajo intenta mostrar que sí es posible abordar desde dos disciplinas distintas los hechos y procesos históricos acaecidos, sin que ambas lleguen a perder sus propias particularidades.
                De esta forma el arte, la literatura entendida desde una posición que algunos llaman “utilitarista”, o sea que no es entendida como un fin es sí misma, si puede reflejar un devenir histórico concreto, no perdiendo su razón de ser, pues el arte, la literatura no tiene por qué estar reñida con un conocimiento real en este caso del pasado.
                Por ello al desarrollar el acápite literatura e historia hemos criticado los parámetros que utiliza Kapsoli para diferenciar las divisiones entre ambas disciplinas. De igual modo creemos que en el conjunto de la obra de Aguinis, esta tiene una clara visión de parte lo que es muy bueno, porque va a contrapelo de aquellos que piensan que el conocimiento es una entelequia  neutral, o peor aún de aquellos que afirman que “La historia es relato de acontecimientos: … dado que no es más que un relato no nos hace revivir nada, como tampoco lo hace la novela. El relato surge de la pluma de historiador no es lo que vieron sus protagonistas; es solo una narración…” entonces para estas posiciones postmodernas expresadas por Veyne, la historia y la literatura seria una especie de libre juego, de libre albedrío del autor… pero esto no es cierto, la propia novela lo desmiente.
                Finalmente en la bibliografía consignó algunos textos utilizados explícitamente y otros que si bien no están citadas fueron consultados y sus ideas me ayudaron a realizar el trabajo.

SINTESIS DE LA OBRA
                La historia narrada por Marcos Aguinis está ambientada en la América colonial, entre los últimos años del siglo XVI y los primeros del siglo XVII.
                Es claramente una novela apologética, al novelar las luchas a travesadas por el pueblo judío, que pese a las persecuciones del que fueron objeto no abandonaron su fe, su creencia, y en ese proceso el ideal de mantener una creencia un pensamiento, lleva a los hombres a elevarse, dignificarse y marcar el camino para los otros.
                Esto se nota de manera diáfana entre Francisco Maldonado y su hijo (del mismo nombre); pues el padre luego de haberle hecho conocer su fe, y educarlo no solo con la palabra sino con el ejemplo; le hizo conocer las lecciones que sacó, luego que abjuró de su fe ante la Santa Inquisición; pues ya no pudo ser más un judío digno y por más arrepentimiento que mostró ante la iglesia católica, tampoco sería admitido como un feligrés más, pues llevaba la estigma de ser un “marrano”, por lo que su condición como hombre fue aplastada, reducida a un ser sin alma.
                El Dr. Francisco Maldonado es descrito con los típicos rasgos de un judío, alto, delgado de nariz alargada y “huesuda”, con grandes ojos; es un personaje culto, leído dedicado al servicio de los demás a través de su práctica médica; casado con una dama llamada Aldonza, una “cristiana vieja” y el un “cristiano nuevo”, ambos de modesta condición económica, forman una familia con cuatro hijos.
                La desgracia llegará a esta familia con la detención del Doctor Francisco, notándose claramente el proceso de confiscación de bienes que realiza la iglesia a través del Santo Oficio, le despojan de los bienes muebles, luego la casa, los hijos, todo es mercancía, pues hasta las hijas son llevadas al monasterio a condición que la dote que se de por ellas al casarse sea donada al monasterio; incluso los dos esclavos que tenía la familia fueron a servir en los huertos de los dominicos.
                El doctor Francisco depositando en las mazmorras de la  Inquisición trata de no delatar a otros judíos como él, soportando los movimientos del cuerpo, pero se quiebra cuando ve que su hijo mayor también está detenido, es allí que abjura, se arrepiente buscando librar de culpa a su hijo, lo que finalmente nada o muy poco valdría, pues la suerte de su hijo no se definió por la confesión de su padre, sino porque era un joven que muy poco conocía aún de la fe que por raza le debería pertenecer y si a esto le sumamos su “arrepentimiento sincero” ante los inquisidores, daría como resultado que lo dejen libre, pero sentenciado al destierro.
                Es allí cuando la historia comienza a girar en torno al menor de los Maldonado, Francisco, quien luego de un periodo de adiestramiento en le fe católica, y siempre muy dispuesto a aprender, decide ir a Lima a estudiar medicina. Allí se reencuentra con su padre, a quien lo encontró irreconocible por los años de tortura, así como por el enorme peso que llevaba en su conciencia por haber traicionado su fe.
                Así el menor de la familia se convierte en el heredero no solo de la profesión y fe de su padre sino principalmente de las lecciones que éste saco frente a la inquisición, lo que le valdrá cuando años después sea también detenido bajo cargos de judaizar, denunciado por  sus propias hermanas, mostrando así que más fuerte que los lazos de sangre son en lazos que teje la ideología dominante, pues las hermanas valoraron más el temor a la iglesia y a Dios antes de pensar que su hermano menor morirá por su delación.
                La detención de Francisco duraría 13 años, que los convertiría en años de lucha en defensa de su fe, refutando los argumentos de los teólogos (consultores), es sobresaliente cuando les dice que a la iglesia católica lo mismo le da adorar una horca que una cruz porque ambos son instrumentos para torturar y matar al hombre.
                Finalmente Francisco fiel a su convicciones morirá en la hoguera condenado por la Santa Inquisición, mostrando que la vida del hombre se dignifica, se engrandece cuando nuestra existencia está dedicada a un ideal; allí nos realizamos verdaderamente como seres humanos, y no en el simple hecho de vivir, reproducirnos como especie, ni el de reproducir el orden existente, porque aquello atolondra nuestro espíritu.
                Pero por otro lado nos muestra que el proceso de la formación de nuestras ideas, lo que hoy nos parece común y hasta natural, para que llegue a ser lo que hoy conocemos a travesó un proceso de violencia, coerción, imposición; pues la historia de la humanidad tiene como telón de fondo una guerra ya sea esta incruenta o cruenta entre quienes luchan para asentar su dominio y entre quienes se oponen, y es ese incesante movimiento que le da a la historia su propio ritmo, movimiento, saltos y a veces hasta retrocesos siendo esto último siempre parcial, pues no hay un retroceso absoluto por que la historia se desarrolla por saltos y en espiritual.
TAKI ONKOY
                En la novela se presenta el Taki Onkoy como un suceso relacionado a la protesta indígena frente a la explotación y creciente desintegración de las formas de vida conocida por los indígenas.
                Aguinis lo presenta así: “Su primera manifestación se produjo en la región de Ayacucho, cerca de las criminales minas de Huancavelica. Sus predicadores irrumpieron en los obispados de cuzco y de Lima …” tomando esta protesta indígena formas de lucha antirreligiosas pues por un lado percibían los indios a la religión católica como un fuerte tamiz tendido por la corona sobre su mundo y sus formas de pensar; buscando tener como un punto de unidad y cohesión el retorno a las huacas.
                Stern señala el ámbito geográfico en donde se produjo este acontecimiento “… había conseguido miles de seguidores activos en las regiones de lucanas, Soras. Chocorvos y Río Pampas, de Huamanga… parecía haberse difundido por el norte hacia Jauja y Lima y por el esta hacia Cuzco y Charcas”, además indica que la “conquista española ponía en tela de juicio que los dioses andinos siguieran conservando su poder, al mismo tiempo que demostraba el peligro de ofender a las deidades cristianas…”
                En la novela se muestra este proceso de sublevación indígena pero que toma formas de luchas religiosas y hasta culturales, en un pasaje de la novela se dice “Un predicador potente fue Juan Chocne. Prometió en nombre de las huacas “que les iría bien, tendrían salud mis hijos y sus sementeras. Pero quienes permanecieran dudosos y sometidos se morirán y andarán sus cabezas por el suelo y los pies arriba…”
                De esta forma la novela nos presenta de una forma acertada el conflicto, no yendo al plano de la reivindicación cultural-religiosa sino que más bien esta era la forma en que se presentó este movimiento.


EL ESTADO
                El estado y sus organismo comenzó a organizarse más propiamente a partir de las reformas toledanas y antes desde la aplicación de las leyes nuevas, claro que al hablar de estado nos referimos a una separación de lo que serían los dominios públicos de los privados, pero el estado no fue ayer como no lo es hoy, pues entre los componentes estatales por diversos motivos a veces tienen “choques” entre ellos. Así por ejemplo la novela muestra claramente estas pugnas y contradicciones entre las órdenes religiosas mismas y entre estas y la corona.
                “Un nuevo adversario del Santo Oficio se yergue cauteloso… Es más peligroso por que une a su vigor una devastadora habilidad política. Nació para defender la religión verdadera del asalto protestante, pero maniobra para quedarse con todo el poder de la iglesia: La compañía de Jesús. Desarrolla una ambivalencia sutil: agresividad y piedad…”
                “Pretenden socavar la autoridad del Santo Oficio ...Quitan importancia a la vigilancia de los cristianos nuevos, opinan que las prácticas judaizantes no conmoverán a la Iglesia e insisten en la prioridad de la evangelización indígena. El Santo Oficio no se ocupa de evangelizar, sino de impedir que se inoculen venenos a la fe. Pero en las indias los indirectamente entonces, descalifican al incomparable antídoto: la Inquisición”.
                En otro pasaje de la novela el autor nos muestra ese choque de intereses entre el Santo Oficio y la corona, cuando esta realiza importantes detenciones de sospechosos de judaizar, en su gran mayoría comerciantes importantes, al punto de entrabar el normal comercio entre la América y España, “El conde de Chinchón virrey del Perú, escribió al soberano por correo aparte el 13 de mayo de 1636. Informaba que brindó asistencia al Santo Oficio para arrestar muchos portugueses, recomendaba que el Consejo de Indias y la Suprema agradecieran el celo del Tribunal limeño, y pedía mayor vigilancia en el pasaje de portugueses a América. Pero enfatizaba que los inquisidores debían restituir al fisco real una alta suma por la voraz apropiación de bienes  que estaban efectuando. Era este el nudo del conflicto y el monarca echaría en saco roto semejante veta.”

LA EDUCACIÓN
                Esta no estaba al alcance de la población tan solo de una minoría, y era regentada por la iglesia, pues ni la propia Biblia era permitida leer a los peligrosos; el dominio ideológico era tanto más efectivo en cuanto se hundía en mayor ignorancia a la población, la novela refleja varios pasajes al respecto:
“… Diego el hermano mayor, dijo que le gustaría aprender latín. El fraile se sorprendió:
-  ¿Latín?
-  Para entender la misa –contestó el muchacho en tono de disculpas.
-  No necesitas entenderla –explicó el sacerdote-: basta** con asistir, escuchar, emocionarse, comulgar y creer.
-  ¡Yo también quiero aprender eso! –exclamó el pequeño Francisco.
-  Eso se llama Latín
-  Si, latín
-  No tienes edad suficiente –sentencio Fray Isidoro
-  ¿Por qué?
                El sacerdote se acercó al niño y le apretó los hombros cariñosamente todo se puede saber-dijo…”

LA ESCLAVITUD
             Si bien la novela no tiene como tema central este problema, si es tocado de manera tangencial a través de una pareja de esclavos que pertenecían a la familia Maldonado, quienes a pesar de su modesta condición económica los compran para cumplir de esta forma con los modos en que debía vivir una familia promedio de la época, y es esta misma condición que lleva a que haya un vínculo afectivo entre los esclavos y la familia, en un momento de la novela Aguinis relata el fundamento ideológico de la esclavitud:
             “…Los negros me dan lástima porque son tratados como bestezuelas. Pero son negros… Por algo ese color. Aunque me resista, debo reconocer que están emparentados con las tinieblas. Descienden del bíblico Cám. y fueron condenados a la esclavitud porque su padre cometió un pecado imperdonable… Después del Diluvio Noé plantó una viña, bebió de su vino y se embriagó. Quedó dormido y desnudo en su tienda. Uno de sus tres hijos, el oscuro Cam, descubrió la desnudez de su padre y corrió a denunciarla a sus hermanos Sem y Jafet quienes respetuosamente actuaron de otra forma: recogieron un manto y caminaron hacia atrás para no ver a su padre… Noé despertó de su borrachera y se enteró que su hijo menor había visto su impudicia… ardió de cólera: “Maldito seas, Cam! –grito- ¡Sean tus hijos la siervos de Sem y de Jafet” pobres negros…”

LITERATURA    E   HISTORIA
             Cuando leemos una novela que nos muestra con la belleza de sus palabras una historia es algo que nos agrada, llena nuestro espíritu, pues nos permite apreciar las enormes capacidades creativas del autor, pero particularmente apreció más las noveleas que recrean o “reviven” hechos y personajes históricos.
             Los historiadores -y en menor medida quienes nos formamos para ello- tenemos acceso al análisis de los hechos y personajes a través de diversos tipos de fuentes y buscamos reconstruir con un grado de veracidad lo acaecido, pero que sucede cuando el novelista recrea un hecho o proceso histórico y además de su consabido espíritu artístico le agrega un grado de documentación a través legajos o sea a partir del análisis de fuentes primarias… qué relación tiene con la historia, acaso, ¿una novela histórica puede equivaler a un libro de de historia?
             En primer lugar siendo el hombre un ser social que vive y se desarrolla en sociedad, sus pensamientos y creaciones llevarán necesariamente impregnada en su obra una posición o visión ideológica de esta. Por ello Kapsoli señala que las novelas, cuentos o poemas son “portadores no solo de la creatividad o ingenio del autor sino también muestran el espíritu general de la época”. (Kapsoli.1986: 9).
             En este sentido tanto las creaciones de los literatos, historiadores y en general de toda aquella persona que se dedique a una producción intelectual reflejará, en mayor o menor medida, la realidad objetiva, por lo que su obra será parte de la conciencia social ya sea esta de perpetuación, conservación o cambio y transformación.
             De esta forma la relación del arte con la vida social se resolverá a partir de dos posiciones “unos decían y dicen: ‘No es el hombre para la cosa, sino la cosa para el hombre’, no es la sociedad quien sirve al arte, sino el artista quien sirve a la sociedad; el arte debe contribuir al desarrollo de conciencia humana, al mejoramiento del orden social. Otros niegan terminantemente esta concepción. Según su criterio el arte en si mismo es un fin, y el convertirlo en un medio para alcanzar otras finalidades accesorias, aunque más nobles, significa despreciar la dignidad de la obra artística. “(Plejanov.1945:19), las posiciones serán las siguientes: la posición utilitarista y la llamada del “arte por el arte”.
             Manejando estos conceptos la Gesta del Marrano tiene una clara posición “utilitarista”, pues busca dar testimonio de las luchas que emprendió un grupo social unido en este caso por una religión, insufla ánimo y denuncia los atropellos y barbaries a los que fueron sometidos los judíos.
             Pero ahora ¿qué tiene que ver esto con la historia?, considero que tanto en la novela como en la historia (ciencia), tienen necesariamente una posición ante la vida y esta será un punto en común que compartirán.
             ¿En que momento la obra literaria se diferenciará de la obra de un historiador? Para Kapsoli esta residirá en deslindar los aspectos imaginativos y de ficción que contiene la novela de aquellos objetos y científicos: En el capítulo “Historia y Ficción” de su texto ya citado, al comentar acerca de la novela de Manuel Scorza “Redoble por Rancas” que narra un levantamiento campesino estudiado por Kapsoli en “los Movimientos Campesino en Cerro de Parco” el historiador dirá: “Varios motivos efectivamente reales –nos parece- han sido llevados a la obra con gran vuelo de imaginación y de creatividad. Esta práctica es permisible en la actividad literaria, en la fantasía y el arte que recurre al lenguaje como un artificio poético y fabulador… En cuanto a la hacienda a las relaciones sociales de producción … nos remitimos al capítulo I de nuestra tesis … donde el lector encontrará de manera más objetiva las particularidades de ese referente histórico…” (Kapsoli, ídem: 100)
             Seguidamente el historiador comenzará su análisis “científico” con una descripción de la geografía de la comunidad, narrará la historia de Rancas, los juicios que tuvo con otras comunidades por demarcación de tierras, la estructura de propiedad de la comunidad, todo ello citando sus fuentes y apoyándose en cuadros estadísticos.
             ¿Pero qué ocurrirá si el novelista también se documenta con fuentes de primera mano cual historiador?… veamos como un autor preparado como Aguinis, salta esta valla.
             En el último capítulo, cuando relata el épico esfuerzo que hace Francisco Maldonado al ir a visitar las celdas donde se encontraban otros judíos y les da ánimo que resistan los fieros “tormentos” a que serán sometidos, en más de una oportunidad se hace referencia a que buscaban encontrarse con el “Capitán grande” Manuel Bautista, pero el autor no creó ningún encuentro ni diálogo entre ellos, puesto que “No existe documentación que atestigüé el encuentro de Francisco Maldonado da Silva con el capitán  grande Manuel Bautista Pérez” (Aguinis. 1991:504). Incluso cuando narra el momento en que los judíos marchan en filas con sus trajes y armada la parafernalia de autos de Fe, el novelista nos los presentará así: “Una hemorragia en el oriente anuncia el bostezo del amanecer. Francisco toma conciencia de que sale de su último encierro… ha imaginado muchas veces este instante; le resulta familiar y tenebroso. A pocos pasos reconoce al viejo médico Tomé cuaresma, encorvado por el sambenito … Francisco devuelve la Cruz que le han puesto en la mano.
- Debe llevar- le ordenan
Niegas con la cabeza
             El oficinal le abre los dedos y exige que obedezca. Francisco le cruza la mirada como un sable
- No
- ¡Irá rebelde! –se alarma el dominio- ¡ No empeore su situación, por su bien!
Francisco se niega a sostener la cruz verde.
-La dejo caer –anuncia
             El fraile le recoge en sus manos y la besa”
             Y es aquí cuando Aguiniz cita un informe oficial que debe ser de la santa inquisición que dice: “… y en las manos cruces verdes, menos el licenciado Silva, que no la quiso llevar por ir rebelde: todos los demás llevaban velas verdes.” (Aguinis. Ídem: 524).
             Si siguiéramos a pie juntillas lo dicho por Kapsoli, en este caso se “borrarían” las fronteras entre la literatura y la historia puesto que por un lado, Aguinis cuida no “revivir” hechos que no sucedieron o al menos no se tiene algún medio probatorio con que sustentarlo, en este caso el factor “imaginación”, fantasía “sería algo que el novelista se cuidaría en caer; así mismo la “objetividad” planteada por Kapsoli estaría satisfecha al remitirse a informes oficiales acerca del acontecimiento narrado.
             Consideró que estos “requisitos” que Kapsoli señala como diferenciadores entre la novela y historia como ciencia pueden ser válidos desde la perspectiva de la historia acontecimental, pues esta escuela privilegia el que hacer histórico a partir de una reconstrucción fidedigna de lo histórico, y aquel trabajo que cumpla con esto merecerá ser llamada una obra de historia.
             La forma en que plantea Kapsoli el problema de diferenciar la historia y la literatura parte desde una posición pseudo científica, pseudo marxista, pues es en el plano acontencimental en donde el autor de una novela puede tomarse en mayor o menor medida, o simplemente no darse esa licencia al narrar hechos históricos, generalmente si lo hace puesto que la novela nos quiere mostrar la vivencia, sentimientos, pasiones de los hombres y en ese enhebrar de su relato lo va engarzando dentro de procesos, tendencias, leyes sociales., por eso Manuel Scorza les decía a un grupo de amigos que él junto con Kapsoli “por distintas vías habíamos llegado al mismo objetivo: anunciar al mundo  la lucha permanente y tenaz de los indígenas del Perú” (Kapsoli, ídem:93).
             Entonces esa “objetividad” demandada por Kapsoli no debe ser entendida como la objetividad del dato, de la prueba a partir de legajos y archivos, sino que la objetividad en el análisis histórico no sólo estará dada por aquella, sino de la abstracción que haga el historiador o sea la aplicación de lo lógico derivado de lo histórico, está sí deberá acercarse a recoger lo esencial del proceso, las leyes de su desarrollo y como esta se va expresando en cada momento.
             Finalmente puedo decir que para que una novela y una novela histórica en particular pueda acercarse a una reconstrucción histórica de un acontecimiento o proceso, deberá guiarse por las leyes generales del proceso histórico y esto el autor lo puede hacer en forma conciente en mayor o menor grado. Por lo que sus personajes a través de sus diálogos y acciones reflejarán ello.
             Dicho de otra manera, la creación literaria en lo que se refiere a la novela histórica, deberá estar dentro de los márgenes que la historia como ciencia le administre como un material primario al novelista; o sea la literatura construirá su arte sobre las bases dadas por los estudios históricos; pero no podremos reconstruir la historia a partir de una novela, pues lo que extraigamos de ello quedarían solo a nivel de hipótesis o conjeturas.

BIBLIOGRAFIA
-       AGUINIS, Marcos
1999                        La Gestas del Marrano
                                   Editorial Planeta – Argentina.
-       CASTRO ARENAS, Mario
S/f                            La novela peruana y la evolución social
                                   José Hodard editor - Lima.
-       KAPSOLI, Wilfredo
1986                        Literatura e historia del Perú.
                                   Editorial Lumen. Lima.
-       KOFLER, Leo
1968                        Las Ciencia de la sociedad. Esbozo de una teoría de la sociología dialéctica.
                                   Ediciones Revista de Occidente. Serie Minor – Madrid.
-       MARIATEGUI, José Carlos
1986                        Siete ensayos de interpretación de la realidad Peruana.
                                   Editorial Amauta – Lima.
-       PLEJANOV, Jorge
1945                        El arte y la vida social
                                   Editorial Calomino. Argentina
-       VEYNE, Paúl
1984.                       Cómo se escribe la historia. Foucoult revolucionó la historia.
                                   Alianza Editorial – Madrid.

1 comentario:

  1. En primer lugar, hay una equivocación en cuanto a los personajes del libro. Usted menciona que Francisco Maldonado esta casado con Aldonza Maldonado, lo que es incorrecto ya que él es hijo de ella. El esposo de Aldonza es Diego Nuñez da Silva, padre de Francisco, Diego, Isabel y Felipa. Por otra parte, usted comete un comentario sujeto a prejuicios contra los judíos, afirmando que en el libro los judíos son descritos con "sus rasgos típicos", es decir, altos, delgados, con nariz larga y huesuda; lo cual no es más que un estereotipo que al parecer se ha adentrado en nuestra sociedad, ha tapado los ojos de la gente y la ha idiotizado.

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